sábado, 27 de junio de 2009

Mundo interior

Un día decidí dejar atrás los sentimientos que nos unían y es cuando el olvido comenzó a plantar su semilla. El tiempo pasa pero no el recuerdo de lo que fué pues... es de agradecer que no se esfume. A partir de esta ruptura comienza una vida nueva pero aún así y no sé por por qué, la palabra olvido desaparece de mi cabeza para volverse a llenar de tu nombre. Cada amor tiene un rostro y nombres diferentes que nos hacen compañía cuando más solos estamos. No son recuerdos amargos sino, melancolías que añoran seguir el juego de los sentimientos por sentirme todavía más vivo. Con mucha frecuencia mi mundo interior se expande por todo lo que percibo de las cosas y las personas. A veces mi mirada se pierde en la nada idealizando un mundo hecho a medida y... nace un sueño más. Mi mundo interior me empuja a la vida como a un niño que tiene esa capacidad de sacar magia por todo lo que le rodea... pero soy tozudo y no salgo de mis sueños porque en ellos, guardo todo lo que soy.

2 comentarios:

diálisis dijo...

¡Por fin entro en tu blog!.

Sólo me ha dado tiempo de leer lo último que has escrito.

La vida es un cincel que nos va dando forma. Estamos hechos de recuerdos y sobre todo del amor con que nos han envuelto y del amor que nosotros damos. Sin exterior no hay interior, no lo olvides.

Volveré a asomarme...

Buscador dijo...

Esperemos que ese cincel tenga la virtud del que tenía Miguel Angel...
Gracias.