martes, 21 de julio de 2009

Razones que justifiquen

En ocasiones el sentimiento se hace tan grande como un globo que busca el cielo. Nos desahogamos de la mejor manera que sabemos y cuando se desinfla, quedamos en paz. En esta vida vamos recogiendo unas cosas buenas y otras no tanto...incluso basura... Es por ello que cometemos aciertos y errores a la vista de quién nos pueda ver. No hace falta que ese globo se haga muy grande para tener un desahogo en aquello que nos aflige pero siempre, buscando esa salida, quedan pensamientos en nuestra vida que se aferran por no dejarnos. Este corazón es fruto de razonamientos que pueblan ese mundo interior pues, más que un pesar, es riqueza para el alma. Alcanzar la solución del infinito es tarea imposible y nunca podremos desembarazarnos de toda esa cadena de dudas y pesares que nos arrastra. Lo incomprensible se nos adhiere como una ventosa y por alguna causa, la vida se transforma en una noria que da una vuelta tras otra. En más de una ocasión mi padre me dijo esta sentencia:"Es muy fácil estar mal lo difícil, es estar bién". En otra ocasión mi amiga Valerie me comentó que la filosofía es aquello que está detras de las palabras y yo digo que detras de las palabras, está la seguridad en uno mismo con todas sus ventajas y lo que ello conlleva... Alcanzarla, cuesta muchísimo pero...¿Quién no tiene un camino lleno de espinas y de sueños vanos?...La verdad siempre nos espera.

Para Ro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La sentencia de tu padre es de una gran sabiduría. Es de esas que cuando uno la lee o la oye cree que es un pensamiento propio por lo evidente y sabia que resulta. Cuando el viento viene a favor, es fácil ser feliz y estar contento. Pero ¿quién es capaz de serlo cuando el viento viene en contra? Sólo las personas que han acumulado una gran sabiduría son capaces de ser felices cuando viene la enfermedad o cualquier otro contratiempo grave. La sabiduría no viene de los estudios. Eso es erudición. La sabiduría es algo más profundo y tiene que ver con tener la cabeza y el corazón en paz. Eso creo yo. En no pedir mucho. En contentarse con poco. En disfrutar lo gratuito que nos ofrece la naturaleza: El sol, la luz especial de algunos días, las nubes, el mar, los campos en marzo, las montañas, las flores silvestres, la sonrisa limpia, la luna reflejada en un charco, la niebla, los olores de la naturaleza, los caminos, las madres que amamantan, los viejos que caminan, la gente optimista y positiva, el sentimiento de amor que crece en el corazón como una llama, la amistad... Es saber perdonar. Es abrirle la puerta e invitar a quien viene con mala intención. Responder con amor al odio, al rencor, a las malas personas. Es ser más que tener. Ser persona cabal, honrada y justa, amorosa y alegre. Eso creo yo.
Pepe