lunes, 5 de octubre de 2009

De soledades y recuerdos

Quizás será el mal sueño de estos días pero cuando despierto al amanecer, me siento un ser extraño . El reloj da su alarma a las seis de la mañana. Abro los ojos y no sé bién el porqué pero este sentimiento me da frialdad y soledad. El recuerdo es un paraguas que se abre a la lluvia de lágrimas buscando refugio en aquellos momentos que son tan lejanos como entrañables. Veo imágenes nítidas del pasado y veo a mi madre que me despertaba con más cariño que este despertador. Me acuerdo de aquellos cantos de gorriones por los tejados y de aquellas nubes grises que venían del frío como los sabañones de mi pié. Recuerdo que mi habitación tenía un ventanuco que daba a ninguna parte y que la pared de la izquierda era un inmenso perchero cargado de tanta ropa que me daba miedo por imaginar a gente que me obsevaba cual agónicos ahorcados. Mis hermanas dormían muy cerca y yo, por ser niño, me tocaba la soledad. Es tanta la magia que puede sentir un niño como hermosos pueden ser sus recuerdos de mayor. Volver atrás en el tiempo es ver las cosas desde diferente perspectiva y algunas, me hacen verdadera gracia. Los recuerdos son cortometrajes con infinitas historias que van y vienen por mi pensamiento y a veces ya no puedo distinguir con claridad lo sucedido. Quizás la soledad de este amanecer me de la lección de ser quien soy y de quienes somos las personas por retener lo más malo y, aquello que nos hace ser nobles y plenos de sentir la vida. Lo más amargo dura demasiados presentes seguidos y lo que es eterno, se hace en un sin vivir continuo hasta que comprendemos en qué consiste el olvido. No miento si digo que esta nostalgia se acrecenta y se hace grande en revivir aquellos tiempos que alimentaban mi corazón. Ahora ya sé lo que es el olvido y con frecuencia lo practico pero...¿Que vamos a hacer con aquello que de alguna manera nos ofreció nuestra razón de ser? quizas aquella experiencia fué amarga... ¿Nos vamos a suicidar en el olvido?...¡¡Nunca jamás!!. A veces sonrío en mi recuerdo por ver aquel pasado lleno de magia y aún así me pregunto si la tristeza esta detrás de cada presente. Es de dar gracias a la memoria de aquello que voy encontrando, busco consuelo en lo que siento y me pregunto si este es el presente que me conduce desde el pasado a un camino de futuro...
Pasan los dias y como cada amanecer despierto a la llamada de este despertador. Pienso que cada soledad es cada silencio tal como si la vida fuera una condena sin fín. En cada amanecer la claridad del día me saluda por la carretera. La radio me acompaña en un sin fín de canciones repetitivas y cuando menos lo espero, un rayo de sol atraviesa la ventanilla de mi coche; comienza un nuevo día...

1 comentario:

Lola Baena dijo...

Porque tanta tristeza, melancolia y recuerdos que te dan tristeza, necesitas algo feliz, que te ilumine y por lo que rias cada dia.