sábado, 28 de noviembre de 2009

Para Erin Sunako

Tienes ojos soñadores
llenos de tristeza.
Anhelas...
sueñas...
deseas...
sientes...
y a pesar de todo,
eres tú.

Aún no llega el invierno. Te espero como hoja seca que no quiere besar el suelo y desde aquí, en la distancia, ya se deja sentir el frío. Te pienso con deseos amarillos de hojas caducas que revolotean dentro de mí. Las aceras, limpias de pasos perdidos, parecen como mojadas en lluvia y de lágrimas. El cielo se cubre de centenares de arcoiris tan grises como mi pensamiento y nuestro sentir, tiembla cual rama de árbol desnuda, tan desnuda como las almas que tiritan por los callejones en busca de calor. De alguna manera el invierno que viene ya se divisa. Los recuerdos aparecen con forma de sombras sin forma...sin vida....sin alma...Quizás veo más vida en esos monumentos de piedra. Te busco y no consigo encontrarte. Me cuestiono si realmente existes o si es que acaso he soñado durante todo este tiempo buscado una ilusión producto de mi mente.
¿Dónde estás?. ¿Es que no me escuchas?.Los sentimientos, pensamientos e impulsos que hay en una persona son como caballos desbocados que tienen una inmensa fuerza. Su secreto, es conducirlos a buen cauce para emplear esa energia de una forma constructiva. Deseamos ser buenas personas y lo vamos a conseguir. Tú por mí...yo por tí...

martes, 24 de noviembre de 2009

...de lo nuestro

Me hablas y
entras en mí.
Te hablo y
entro en tí.
Lo mío
se hace tuyo y
lo tuyo
se hace mío.
Vives en mí y
sin darme cuenta
hablo de lo que me das.
Vivo en tí y
sin darte cuenta
hablas de lo que te doy.
La red se extiende
y alguien sabrá de
tí, de mí y de otras personas...
Recibimos de la vida
en distintos manantiales
de la misma manera que,
percibimos del silencio.
Formamos parte de unos pasos,
son los pasos encontrados...

domingo, 22 de noviembre de 2009

La noche más larga

Voy de camino a casa recordando mi tacto en tu piel. Te paseo por mis sentidos y revoloteas en mi pensamiento como la llegada de aquella primavera. Mis dedos temblaban a la puerta de tu casa mientras tu madre decía dentro: ¿ !!niña es que no entras¡¡¡?. El dinero de mis bolsillos estaba ausente en menos de una hora. Salía de casa con tres pesetas en la mano y tú me esperabas para contarme lo sucedido en los dos últimos días.
La tarde pasaba observando como tus ojos hacían guiños de alegría al fumarnos nuestros primeros cigarrillos rubios de a "dos por tres pesetas". Te preguntaba cosas que no entendía en aquel atardecer de nuestra vida, como chiquillo desnudo que te brincaba al cuello lleno de dudas. Tu enredabas los dedos en mi cabello y tus labios decían cosas que nunca antes escuché...Aquellos atardeceres se sucedían unos tras otros para nunca llegar donde quisiéramos. Solo quería estar contigo como si el hilo del tiempo no tuviera fin. Tu voz junto con la mía era nuestro fruto inmaduro de inocencia... tenías tanto para contarme... tantas imaginaciones que hasta la noche nos cogía contando cosas. Me acordaba de mi soledad y del miedo de sentirme solo y tú dibujabas palabras que hoy se me hacen recuerdo de camino a casa.
Eras mi primer amor. Yo pensaba en ti en todas partes y en todos mis silencios; florecías en el pensamiento y con el paso de los años cualquier suceso cotidiano volvía a dar flor en aquella primavera. Vuelvo atrás en el tiempo para beber de ese agua que me diste en tus labios; el beso más profundo que he sentido... ese atardecer fue rojo en tus mejillas y las mías...
Hoy caminamos por la vida como si esos recuerdos que no aparecen fueran muertos sin resucitar jamás y aún así, en el momento menos pensado, salen a la luz cuando ni tu ni yo ya lo esperábamos.
El fin de aquellos días llegó cuando te marchaste del pueblo sin decirnos adiós. Tu padre terminó su trabajo y al atardecer siguiente me tocó llorar tu ausencia... justo al filo de la noche más larga.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Ocurrencias de un niño

De pequeño, siempre quise alcanzar la puesta de sol... bañarme en aquel colorido de tonos rojizos donde el horizonte, une la tierra con el cielo.
Todas las tardes eran diferentes y mágicas pero por más que anduviera, nunca llegué a alcanzar ningún atardecer. Para un niño inocente aquello era el fin del mundo y según se escuchaba en una canción, sólo el que era capaz de llegar al límite, sabría de primera mano lo que pasaría en el futuro. Aquel deseo era mi secreto y no comprendía porque la gente pasaba de largo sin apreciar aquel don del cielo.
Desde lo alto de la calle más empinada se divisaba el milagro veraniego. La brisa de la tarde lanzaba mi flequillo al viento y mi mirada, se perdía como el vuelo de una golondrina que vuela por encima de olivares. Todas las tardes lo mismo y yo, fiel a la cita. Aún hoy, mi mirada se vuelve a perder por el cielo de Andalucía y el 1.82, se queda en 1.10.
Mi empeño no tuvo descanso hasta que un día tuve la idea más tonta del mundo. ¿Cómo no se me ocurrió antes?¿Cómo no me di cuenta? . Pensé que si el atardecer siempre se colocaba a la misma hora en el mismo sitio, un tiempo antes pasaría por encima de mi cabeza hasta llegar al horizonte, traspasarlo , y ceder el puesto a la noche. Así que, horas antes del atardecer, mis ojos acechaban vigilantes el cielo por ver pasar aquella gama de tonos rojos y anaranjados. Pero todo sueño tiene su final y el mío lo puso mi abuela. Cuando me vio tan atento al cielo me pregunto que era lo que me pasaba y yo le dije mis intenciones. Ella se echo a reir y me dijo que el atardecer solo pasa en el horizonte...que no fuera tonto...Hoy, mi querida Valerie , me pregunto cuantas son las tonterías que pueblan nuestra cabeza ayudándonos a vivir...Nada más.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Asi como el otoño le da paso al invierno,
como la tempestad espera a la calma,
como el recuerdo abriga una bella esperanza,
sin otra alternativa me voy, me voy lejos...
No quiero ser velero anclado en tus orillas,
ni ser gaviota herida tendida en las arenas
recogiendo de todos de sus miradas pena,
llorando cabizbaja, rendida por la vida...
Me voy volando alto, con un vuelo perfecto,
dejando mi sonrisa en tu melancolia.
Bien sabes que te quise con un amor sincero
ese que no deshoja las blancas margaritas...
Y cuando me haya ido, cuando no me presientas,
me buscaras perdido en todos mis poemas,
en esa mirada triste de mi fotografia donde
yo estare vagando por tí en mi lejania...

Angeles

domingo, 15 de noviembre de 2009

Dame tu mano

Como cada mañana, la radio daba los buenos días y ella despertaba entre almohadones de recuerdos. Aquel día la emisora anunciaba la llegada de un artista a la ciudad. Victoria volvía a revivir aquellos años del Perú cuando buscaba plantas medicinales. Llevaba en los labios sus besos y en la mente sus palabras, en una cajita recuerdos y en un album de fotos a su amante del Perú. El paso de los años iba deshilando recuerdos que unas veces le hacían sonreir y otras llorar, unas pensar y otras flotar en un mar de sensualidad. Nunca creyó en la eternidad hasta que conoció el amor de un sentir tan profundo que se prolongaba en las primaveras,los veranos,los otoños y los inviernos. Su mirada era la misma de siempre pero no así su rostro. Entrar en la tercera edad era como ver el tiempo desde una perspectiva diferente y le daba miedo verse en esa recta final...
Era mediados de noviembre. La calle era era un río de gente que iba y venía con prisas y el cielo estaba profúndamente grís. Le encantaba llenar sus pulmones de aire frío hasta que su nariz se ponía tan roja como una amapola. Sus paseos matutinos siempre terminaban en un cafecito que estaba por el centro histórico.
La camarera la saludó y no le tuvo que preguntar qué iba a tomar. Aquella mañana el local estaba casi vacío y la campanilla de la puerta anunció un nuevo cliente. Era curioso, pero Victoria lo había visto esa misma mañana al salir de su casa o...¿fué ayer?, ya no lo sabía. Parecía un hombre apuesto de cierta edad con un sombrero de ala ancha y un bastón. Victoria se sentía observada y no se atrevía a mirar. Agudizó su oido por escuchar su voz pero aquel desconocido no dijo nada. Le dió algo a la camarera y se marchó. Victoria terminó su café y la camarera le dijo que ya lo tenía pagado. Le entregó una entrada para el cine que aquel señor pidió que le diera. Ella la tomó y miles de presentimientos se agolpaban en su mano...La función era a las nueve de la noche. Parecía curioso, pero no venía el titulo de la película.
Durante todo el día no dejaba de darle vueltas a la cabeza, incluso le molestaba aquel suspense que la sacaba de quicio. Las horas pasaban menos rápidas que la impaciencia y de vez en cuando sonreía por tonterías que se le ocurrían.
Llegaron las nueve. En la taquilla colgaron el cartelito de no hay entradas y para mayor sorpresa, el cine estaba vacio. Tomó asiento con mil atenciones del acomodador y ella se sintió un poco sorprendida; deseando ver el desenlace de todo ese entramado.
Las luces se apagaron y alguien tomó asiento justo detrás de ella. En todo su cuerpo sintió un escalofrío como cuando estaba con el hacía años. El león de la Metro dió paso al título: "Dame tu mano". En una pantalla completamente oscura se escuchó un piano: Era el tema preferido de los dos. Cuando terminó la melodía, de la pantalla apareció "The End". Victoria extendió su mano justo detrás de su butaca y el la tomó.

sábado, 14 de noviembre de 2009

La pierna de plástico Nº 9 de un mercadillo

No había nada comparable a ella. Hacíamos el amor cada fin de semana a escondidas en la habitación. Todos los sábados por la tarde me esperaba desnuda en mi imaginación… y su pierna era irresistiblemente perfecta… No sé el porqué, pero quedé atrapado por ella. En mi memoria durante la semana aparecía el resto de la maniquí y su pierna como algo mágico y verdadero a la vez; una pierna perfectamente imperfecta que me llamaba al sexo. Cada Jueves pasaba por el mercadillo y me paraba delante de un puesto donde todo eran señoras menos yo, y me dedicaba a examinar el género concienzudamente... La pierna número nueve. Sí, esa era la que me enseñó a dar besos al aire recreándome en la imaginación mientras me revolcaba solo en la cama como un poseso. Más de una vez quise secuestrarla y arrastrarla por detrás de aquel furgón; poseerla y hacer del erotismo un arte para amar el plástico. Durante toda la semana la esperaba con impaciencia hasta que llegaba el jueves...y allí estaba: inconfundible entre sus hermanas gemelas; con un toque erótico que me volvía loco...siempre quise tocarla y abrazarla pero no encontraba la manera. A veces me hacía el distraído y al pasar por su lado arrojaba una moneda al suelo: Era el momento perfecto para acariciarla, tocar esa pierna con ese tobillo que daba la sensación de bailar un eterno tango o un baile de cancan al estilo del viejo oeste. Pero no la tocaba por miedo a sufrir múltiples orgasmos en público. Desde que la vi mi vida ha cambiado por completo. Solo tomo comida plastificada y gominolas por aquello de la goma. Incluso he excavado una especie de zulo en el cuarto de baño de casa para que sólo sea mía...solo mía...!!!que deseo más lujurioso!!. Apenas duermo, he dejado de ir a la oficina, no visito a los amigos y tampoco me tomo mi cubata de ron con coca-cola. Ella esta presente en mi pensamiento y no sé lo que voy hacer. Ayer la fotografíe con la cámara de mi móvil y ya he cargado cuatro veces la batería. Apago la luz del cuarto y aparece en la pantallita como una actriz de cine a la que yo, me entrego al onanismo puro y duro.
No se lo que hacer doctora.--¿Doctora?---¿Me escucha doctora?(abre los ojos tumbado en el diván y ve una falda, unas piernas, unas medias. Las medias de su amor. Se lanza por ellas y del golpe se vuelve a caer de la cama. Su mujer enciende la luz y le dice...!!!Manolo!!! Estoy seriamente preocupada contigo. Te dije que no tomaras mas enfermos mentales en tu consulta porque te afecta muchísimo.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Si el me viera

Apareció de repente.
Pasos firmes y seguros.
Rostro de satisfaccion.
Dicha perfecta con
figura de hombre.
Perfume que deja
ecos dulces en su sien.
Respira y exala aromas y
crea arte en un segundo
rechazando temores y
superando obstáculos de
la fatiga y la soledad.
Si fuera posible,
si el me viera,
saldría de este sueño
que se hace nada.

Namyra y yo.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Distancias separadas del msn

Volviste donde no te tuve.
Te acaricie donde no estabas.
Imaginamos mimos en las manos
tan ausentes los dos
como cercanos en el pensamiento.
Te eché de menos en silencio
y en la soledad,
tanto tú como yo,
nos volvimos a soñar.

A toda esa gente que se acaricia
y no se toca ni se ve...

domingo, 8 de noviembre de 2009

Mi vida en un diario

El diario de mi vida
tiene paginas sueltas,
renglones separados
y una vieja cubierta.
Tiene mil cicatrices,
heridas muy profundas,
sentimientos muy tristes.
El diario de mi vida
esta tan malgastao
que todas las esquinas
se han roto, se han doblado.
El diario de mi vida
guarda con egoismo
aquel amor sagrado,
aquel amor dormido.
Tiene tantos secretos
que se salen a voces
con el libro entreabierto.
Mi diario, pobre diario,
que esta casi vencido
sabe bien cuantas veces
¡He llorado tu olvido!

Angeles.

...y Curro se fué al caribe.

Este cuento rinde tributo a lo más natural del ser humano, al desenfreno de profundos sentimientos que lo mismo expresan la más pura candidez como la desesperanza de un dolor que no termina. Que nadie se alarme.
Comienza así...

Curro, cuarenta años y portador de una vida que para la mayoría de sus vecinos pasaba desapercibida. Es un ser solitario, carente de amigos, nunca ha tenido una compañera sentimental. Su única amiga ha sido durante años la cámara fotográfica que llevaba colgada del cuello y, como dato anecdótico, nunca se le vio fotografiar nada.
A mi modo de ver ha sido una persona hermética que hizo de su vida lo que le vino en gana. Nunca he pensado que fuera tonto, como todo lo hace el que lo ha juzgado sin conocerlo. Es alguien que escogió su soledad. Trabajaba desde hacía unos quince años, los viernes, sábados y domingos en el cine de la localidad con la misión de mantenerlo limpio y acomodar a la gente .
En lo tocante a la limpieza del cine se podría decir que alcanzaba la desinfección en cada uno de sus rincones; nunca se había conocido un local público tan limpio y bien cuidado. Siempre tenía a mano lo útiles de limpieza dispuestos para limpiar en cualquier momento los suelos, cristales y los servicios cada vez que se utilizaban... Esta manía por la limpieza era, sin duda, una actitud algo extraña pero viniendo de un tonto como él resultaba comprensible. Algunas mujeres le comentaban admiradas lo limpios que tenía los servicios, le pedían consejo sobre la limpieza de algún que otro objeto, y otras tantas lo contrataban para que les ayudase en la limpieza del hogar.
Al comenzar su labor en el cine, lo primero que le llamó poderosamente la atención fue el mundo del glamour y la fama. Quería ser artista por encima de todo. Su cabeza daba una vuelta tras otra buscando la manera de consagrarse a la gloria. Tal era su obsesión, que apenas comía ni dormía. Sus padres estuvieron seriamente preocupados pues nunca habían visto a su hijo con un aspecto tan descuidado. Pero su vida de bohemio buscando la manera de expresar el arte que llevaba dentro le duró tres meses hasta que un buen día su madre, atacada ya de los nervios pensando que se había vuelto definitivamente loco, le escuchó gritar desde el servicio: !!!EUREKAAAAA!!! como si ese día fuera el más feliz de su vida. Desde entonces volvió a ser el mismo de siempre con la variante de llevar colgada del cuello aquella cámara fotográfica. La gente se ha reído de él, algunos le gastaron bromas pesadas pero al bueno de Curro parecían no afectarle.

Hoy la desgracia vino a caer sobre este pueblo en forma de correo. La gran mayoría recibimos esta mañana una sorpresa escondida en cada sobre. Cuando saqué la fotografía del sobre me quedé extrañado y en suspenso al ver en ella la imagen de mi vecino Alfonso en una situación nada decorosa. Tenía la cara roja y las venas del cuello estaban tan hinchadas que hacían temer una muerte súbita. Sus ojos cerrados se escondían bajo un manto de piel angustiosa y sus manos, entrelazaban los dedos en forma de oración. No tardé en averiguar que aquel lugar donde se libraba la singular batalla eran los servicios del cine. El muy ladino nos la había pegado a todos con la limpieza, la cámara y el agujerito de la pared que tan disimuladamente prestaba sus servicios. Al poco, mi vecino Alfonso entró en casa mostrándome una fotografía en similares circunstancias: era la mía. Me sentí ofendido, ridiculizado y nunca mejor dicho, con el culo al aire.
De esta manera mi pueblo fue despertando al tiempo que el cartero iba dejando sus cartas. Las reacciones han sido de lo más variadas y las denuncias llovieron en el cuartelillo de la guardia civil. Sus padres no sabían que decir a la masa que se agolpaba a las puertas de la casa gritando y exigiendo justicia en público linchamiento. La madre de Curro lloraba y su padre negaba la mayor.
Cuando, con una orden judicial fueron a detener al ser presunto culpable de escándalo público y, de un golpe, abrieron la puerta de su habitación encontraron una nota que decía:
¡¡¡¡¡ ME VOY AL CARIBE JAJAJAJAJAJAJAJAJA !!!!!

jueves, 5 de noviembre de 2009

Gajes del oficio

...!!!Dejadme en paz!!!
y que la noche alivie mis sentidos.
-GORAN SOCOWICH-
Noche fría en Madrid. Calefacción al máximo y tripas rugiendo.
Dos hombres me levantan al unísono la mano. Detengo el coche y compruebo que son dos extranjeros hablándome en una mezcolanza de alemán, inglés y algo de español. No los entiendo. Suben al taxi y en un nuevo conflicto de idiomas parecido a la torre de Babel, me piden que los lleve a su hotel.
Apenas comenzada la carrera, se encienden en mi cabeza las luces de alarma .Aguanto lo indecible pero quedo resignado e impotente, al dejar escapar irremisiblemente un pedo.
Sale como los gases silenciosos de un volcán y con una temperatura, que deja en ridículo a la calefacción del coche. Me temo lo peor. La flama sube con la velocidad del aire caliente y cuando la olfateo me digo:¿Pero esto puede ser mío? . Mi cara enrojece como el semáforo donde estoy parado. Bajo un poco las ventanillas y el aire exterior se encarga de expandir aquel olor por todo el habitáculo.
Los dos extranjeros se miran en un principio con ojos interrogantes y pasado un instante, con ojos afirmativos. Las expresiones de sus rostros gesticulan, hablan entre ellos y este conductor agradece no entenderlos. Son momentos delicados. Uno piensa en todo, desde abandonar el coche y salir corriendo avergonzado, hasta retroceder en el tiempo para cambiar el futuro. Mis labios nerviosos intentan despegarse de la boca y decir: ¨Sorry...I´m sorry¨, pero permanezco en un silencio angustioso… tanto, que me distrae de la conducción.
Cuando los ánimos parecen que se han calmado, me viene otro apretón de tripa. Los gases llaman imperativamente a las puertas de la libertad y no sé que postura adoptar. Mi trasero empuja contra el asiento, el puño de mi mano libre se cierra fuertemente como si de esa manera pudiera controlar la evolución de la naturaleza. Le pido a Dios con vehemencia, una segunda oportunidad para que mi dignidad no vuelva a caer por los suelos y mi pensamiento, se acelera hasta quedar bloqueado.
Miro la fotografía de mi mujer, la de mis hijos, la de San Cristóbal...todas sus miradas cambian el significado de su expresión y yo les digo… que no puedo más.
En una especie de alucinación aparece la imagen de mi suegra. Me mira con ojos maternales llevando entre sus manos un enorme plato de judías estofadas: Las culpables de mi desgracia. Esos ojos cargados de ternura, esconden el odio de quién se venga a conciencia por viejas rencillas. No,… si ya lo sabía yo.
En mis años de taxista, siempre me había manejado bien en estas situaciones pero la verdad es que este suplicio no lo aguanta ni un hereje mientras lo torturan .Mi cuerpo empieza a arder, el sudor se hace abundante y un pensamiento cercano al delirio me dice: ¨ Ya de perdidos, al río ¨.
Estudio cuidadosamente y con mucho tacto la forma de quedar por fín aliviado. Mi estrategia es soltarlo poco a poco, a pequeñas ráfagas y cuando pongo en acción mi plan, todo el metano sale más aprisa que el aire comprimido.
Desconcierto total .Éste, a diferencia del primero, lleva música incorporada.
Una paz celestial entra por mi cuerpo y mi mente estresados. Mi cara expresa por un momento la candidez de un recién nacido y la tensión de mi cuerpo desaparece. Creo que si mi vida transcurriera con este bienestar, sería el hombre más feliz del mundo. Mientras tanto, uno de los extranjeros ya ha sacado su cabeza por la ventanilla y el otro me pide bajar las delanteras.
Un aire polar entra por el habitáculo desalojando mi desgracia y purificando el ambiente. El sudor de mi cuerpo se convierte en un carámbano. Me hace temer el peor de los resfriados.
Al final de la calle termina mi odisea. Acelero un poco más y cuando detengo el taxi a las puertas del hotel, no me atrevo a volver la mirada para mis ocupantes. Creo haber recibido un castigo. Los niños, cuando han sido regañados merecidamente y se han desahogado en su lloriqueo, se sienten en paz con el mundo. Así estoy yo. En estos momentos soy un hombre humilde, cargado de bondad y deseándole a los dos extranjeros la mejor de las dichas. Decido no cobrarles el servicio adivinando la comprensión en los ojos de los dos. Aún así, deciden pagarme por encima de mi insistencia. Nos damos la mano amiga y en mi despedida, les digo con la mano en mi vientre y media sonrisa: RETORTIJONES. Los dos me miran pensativos por aquella expresión y cuando me alejo en busca del taxi, uno de ellos me dice en su acento Alemán: !Adios! !Re-tor-ti-jo-nes!.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Muertos en vida

Los bellos y los malos sentimientos se adhieren al corazón. De alguna manera alguien los envía para hacerse nuestros y por tanto, nos lo contagia. En ocasiones se siente la soledad y añoramos todo aquello que se desea pero también nos quejamos de todo eso que nos amarga la existencia. La noche se inunda de palabras perdidas en pasos perdidos y somos tan perdedores como esos pensamientos que pueden saber más que nosotros mismos. La madrugada se disfraza con el alma desnuda y nos acompaña por una senda tan oscura como perdedores podamos serlo. En ocasiones, somos gatos que en la noche pierden su camino por las aceras y los tejados; gatos que maullan en la madrugada por recuerdos felices y amargos buscándose la vida en el lado más oscuro de la noche.
.... Aquella noche Harry no estaba muy animoso tocando el piano. Las lágrimas afloraban a cada nota y podría decirse que aún a su pesar la noche se balanceaba en recuerdos amargos. El perfume a cannabis se apreciaba a la vuelta de la esquina y Hellen decía que sin ese sentimiento embriagador la vida carecía de sentido. Era noche de difuntos y calurosa para ser primeros de noviembre. Sandra echaba el hígado por la boca en los servicios del club y Tom se reía de ella sin ningún escrúpulo. La vida se derramaba a cada sábado dejando los bolsillos vacios y el alma rota. Rony se había gastado toda la paga en regalarle a Margaret una cadena de oro blanco que ella a su vez, la malvendió esa misma noche por unos gramos de heroína. Sam era diabético y borracho empedernido que se pasaba la noche enseñando su pié derecho con síntomas de gangrena. Thomas se sentaba siempre en el rincón más alejado de la gente y cuando se pedía el último Ron tenía por costumbre dejarlo sin probar sobre la mesa. Susi era una viciosilla calienta pollas que se arrastraba por la vida buscando en los bolsillos de algún incauto y los demás asistentes, sólo eran gente de paso que buscaban la soledad y la buena música. Con frecuencia Harry decía que la noche era el espejo del alma donde cada cual enseña su miseria más íntima. Aquella noche sus dedos arrancaban del piano notas depresivas. La noche de difuntos era una noche vacía de vida; de recuerdos de seres queridos que de alguna manera dejaron de existir. El recuerdo de todas esas personas pasadas, resultaba ser la resurreción de aquello que no vivía y por motivos de la vida, su recuerdo nos puede matar...