miércoles, 3 de marzo de 2010

Ecos de un recuerdo

El recuerdo tiene ecos que se repiten como el sonido. Aquel sentimiento que de la nada nació, vuelve a volar por mi mente en el momento más inesperado. La mayoría de las veces aquello que sentí está ausente de fechas y de palabras y aquella sensación me transpota de un tiempo a otro como si fuera algo eterno. Volver a sentir el valor de lo emocional me hace pensar en la riqueza infinita que posee cualquier persona. Pienso que Dios hizo muy bién su obra para que nadie alterara este diamante en bruto pues ya sabemos que estamos acostumbrados a destruir lo más valioso de la vida. Cuando una persona se baña en sus sentimientos como quien cuida su amor es sabido que nunca sentirá la soledad. Dar un paseo por los sonidos, las imágenes, el olor, el tacto...adentrarse en su propia intimidad y profundizar allá donde no llegan las palabras, no tiene precio.
Vivir en armonía con el mundo que nos rodea y comprender a la gente me resulta dificilísimo a cada intento y sin embargo, todos somos hermanos gemelos. Gracias a la memoria muchas veces comprendemos aquello que nos sucedió pero también parece que vivir es producto de una continua duda. La certeza de encontrar unos cimientos sólidos para no andar perdidos, puede que sea la cartilla primera para empezar a ser lo que realmente somos y así vivir con nuestra propia identidad...

1 comentario:

Anónimo dijo...

La soledad tiene un sonido particular, ora raudo y estruendoso, ora dulce y delicado, sea como fuere en ninguna de sus presentaciones te deja indiferente.
Namyra