martes, 7 de diciembre de 2010

La herida de la vida

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Siendo niña, me encontraba jugando en el campo y me hallé con algo que me llamó mucho la atención. Era un capullo de mariposa. Lo supe, porque era el momento en que la mariposa estaba intentando salir de él. Yo no dejaba de observarlo y me angustiaba ver como aquel ser intentaba abrirse camino por ese agujero tan pequeño. Pensé: " si le ayudo y hago el agujero mas grande , la mariposa podrá salir sin dificultad". Y así lo hice, tomé el capullo entre mis manos y poco a poco fuí haciendo mas grande aquel orificio, hasta que ví que la mariposa salia sin dificultad...
Al instante la mariposa se vio libre saliendo de su nido. Se quedo parada en el suelo y no alzaba el vuelo. Esperé unos minutos pero,ahí seguía sin moverse;intentando volar pero sin ningún resultado.Mas tarde me enteré que cuando las mariposas salen de su capullo, sus alas rozan con las sustancias que contiene ese pequeño agujero por el que salen; se les impregna en las alas y las endurece para poder volar.
Recuerdo con mucha frecuencia a aquella mariposa y aquella lección de la naturaleza pero, yo sigo haciendo los agujeros mas grandes a mis mariposas...
¿Cuando aprenderé la lección?.No hay tarea más dificil que la de ser educador.Si además eres madre,la dificultad se multiplica.


Sarete.

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