lunes, 6 de diciembre de 2010

De amaneceres y despertares

Desde mi coche todo es silencio. El amanecer me encuentra todos los días en la carretera y es agradable ver el horizonte. Dentro de poco, la ciudad en su silencio va despertando entre millones de luces. A lo lejos, un tren se cruza por mi mirada y un autobús silencioso se desliza por la autovía. Mi silencio se hace agradable y mis pasajeros duermen en el sueño más placentero.
Entro en Córdoba entre cientos de coches que se dirigen a cientos de sitios. Algún niño apoya su nariz en el cristal de la ventanilla del coche y los hospitales cobran más vida. Las aceras se llenan de pasos, los semáforos dan sus ordenes sin parar y en nada, todo lo que era tranquilidad, olvida su sueño. Conecto la radio buscando la tranquilidad perdida y Rock& Gol, me despierta con Led Zeppelin y su escalera hacia el cielo. Ya no hay vuelta para atrás. Algún rayo del sol ya asoma reflejado en una ventana y de nuevo, la vida me empuja al nuevo día...

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