domingo, 30 de mayo de 2010

Los apuntes de nuestro pensamiento

Lo eterno es aquello que una vez se perdió sin valorarlo. Quizás descubrir no esté de manos de los más sabios sino además, también de toda la gente común; de aquello que una vez hemos pensado y lo dejamos escapar de la forma más inocente; de la genialidad de lo que somos en muchas ocasiones y no es fruto de la cultura ni tampoco depende de un test de inteligencia. Es la manifestación de una verdad que nace más allá de lo que quisieramos alcanzar para atarlo a nosotros mismos. Es esa sabiduría que nos mece cuando menos lo esperamos...


Para Ana y tantísima gente que alcanza por un momento
lo inalcanzable...

lunes, 24 de mayo de 2010

Háblame de aquello que una vez sentí. De atardeceres y de infancias; de bellos recuerdos que se escoden como chiquillos que juegan al escondite. Sácame de esta tarde insalobre con exceso sabor a vinagre. Saca mi imagen al espejo de mi imaginación y muestrame con tus pupilas...Dime porqué me emocionaba o porqué mi pensamiento le hizo ese guiño al presente. Recreame esta tarde con olor a enfermedad del alma...Vuélveme aunque me hagas llorar y paseame por donde todos esos rincones que me guardas y me hablas al oido. Enséñame otra vez el valor de mi vida...de mis recuerdos más acogedores nunca mejor en este momento...

A mi memoria...

domingo, 23 de mayo de 2010

La pesadilla

Daban las cinco de la madrugada y el sueño se hizo de nuevo con él. Quizás su tristeza consistía en no pegar ojo en toda la noche y a esas horas, el silencio también era soledad. La oscuridad se hacía tan fría como helados tenía los pies y el sueño después de tanto rato, se hizo muy profundo...
Con la llegada del amanecer su mente entro en otra fase de ensoñación. Aquella pesadilla le envolvía en una trama cargada de un surrealismo vertiginoso; como si la vida fuera un laberinto donde todo pasa tan aprisa e interminablemente como el peor de los presentimientos...Aquella pesadilla jugaba con el como las sombras del principio. Empieza así:
"La subida a aquella montaña se hacía agotadora. El sudor resbalaba como gotas de lluvia por la ventana y al llegar a la cima, se sorprendió porque le esperaban un innumerable grupo de personas vestidas con ropas de fiesta. Todos le sonreían y aplaudían sin decir nada. Le dieron una copa de champán llena de agua y el lo agradeció sin dejar de preguntarse que era lo que ocurría... De entre todo aquel gentío, salió una chiquilla menuda que le tomó de la mano para conducirlo a una gran esfera de goma trasparente. Allí, había un hombre con una bata blanca que le invitó a entrar en ella asegurándole que no le pasaría nada. Por la boca de Daniel solo pasaban interrogantes de los que nadie respondía y aún así se limitó a obedecer. El supuesto científico lo acomodó en el centro de la esfera y lo rodeó de cinturones de seguridad transparentes también. Entonces Daniel mostró algo de resistencia pero alguien le puso una inyección para calmarlo y empezó a sentirse bien; cada vez mejor. Gracias a esa droga todo le parecía bello y admisible.
La gente rodeaba la esfera y le decía adiós con aplausos y vítores. Ahora sólo se sentía bien. El hombre de bata blanca salió de aquella burbuja atravesándola como por arte de magia e hizo una señal para que aquella enorme esfera comenzara a rodar montaña abajo.
Su cuerpo giraba en todas direcciones sin sufrir ningún daño. La esfera chocaba contra enormes rocas dando saltos vertiginosos para volver a rodar por increíbles pendientes. Dentro el sonido era sordo y la mirada borrosa. Daniel empezó a gritar como un desesperado. Unas veces aparecía en su mirada el sol y otras la tierra tan árida como un desierto. Todo tan vertiginoso que empezó a perder el sentido hasta desmayarse...La bajada tan solo duró dos minutos escasos y la burbuja siguió rodando velozmente por un descampado. Fue entonces cuando en medio de la nada surgió un enorme muro hecho de sillares de piedra tan negros como la noche provocando a la esfera una colisión brutal y rechazando a Daniel a varios metros de distancia hasta detener aquella pelota de goma en la misma posición original. Su desvanecimiento desapareció instantáneamente y respiró profundamente. Aquella esfera desapareció y se vio sentado en mitad de aquella tierra con un gigantesco muro delante.
Miró a su alrededor tratando de averiguar donde se encontraba. Aquel paraje le era completamente desconocido y el muro era tan grande como su duda de saber que era lo que realmente sucedió. Pasaron unos minutos y por fin decidió largarse de allí. Al ponerse de pié, tres muros iguales al primero surgieron de la tierra formando un recinto cuadrado. En pocos segundos la noche apagó el día y entró la oscuridad. Tan sólo se podían ver los cuatro muros que parecían emitir luz en medio de esa noche y Daniel, estaba vencido por la impotencia de no poder escalarlos. Alzó un brazo examinando con la yema de los dedos el saliente de los sillares y su sorpresa así como su alivio le hicieron sonreír. Al ejercer una pequeña presión sobre el borde de la piedra, su cuerpo se elevaba carente de peso y la subida como la bajada de aquel muro, se hizo en un abrir y cerrar de ojos.
Cuando le dió la espalda al muro comprobó que el paisaje había cambiado por completo. El cielo estaba estrellado. La Luna salía por un horizonte más cercano y todo el campo estaba cubierto de vegetación. Le parecía fantástico y la noche invitaba a dar un paseo. Respiró hondamente impregnando su olfato con el perfume del Jazmín y así caminó durante un rato. No sintió soledad ni agobio de estar perdido; todo era agradable e incluso no hacía frío. Apenas sin darse cuenta entró en un lugar boscoso y quiso dar marcha atrás pero por más vueltas que daba no conseguía salir de allí. La frondosidad de los árboles no dejaban pasar a la luz y el ambiente comenzaba a agobiarle. Se escuchaban toda clase de ruidos provocados por las alimañas del bosque. Sus ojos se abrieron de par en par mirando en todas direcciones. La temperatura bajó considerablemente y sus pasos perdidos y pesados huían de algo que parecía que lo observaba a cada instante. La falta de atención y el miedo no miraban donde pisaba. La suerte volvía a jugar en su contra y cayó deslizándose por una pendiente cubierta por una escurridiza lona de plástico. Era completamente imposible poner freno a aquella caída así como la angustia que sentía por no saber donde llegar. Sus manos no encontraban nada a que agarrarse y los pies se deslizaban por un tobogán con zapatos de charol hasta que, llegó al final de aquella pendiente. Su agotamiento le hizo quedarse quieto y poco a poco, el corazón y respiración tomaron su ritmo normal. Un pequeño arroyuelo pasaba cerca de el. Sus aguas emanaban una especie de vapor pestilente que ascendía lentamente. Caminó con mucho cuidado siguiendo el curso de aquella corriente sin poder encontrar una salida en aquel barranco cubierto de plástico.
Los pasos perdidos y la falta de luz le hicieron caer de nuevo por un túnel tan profundo como el infinito; tan perdido y olvidado como el lugar donde estuvimos en otra vida.
La velocidad del deslizamiento aumentaba con inexplicable rapidez. El grito se perdía en la oscuridad. La incertidumbre era aún mayor y sólo sabía que se encontraba ahora en la nada del mundo; en ningún lugar sin memoria; donde la existencia pudiera ser que fuera una mentira. La salida del temible túnel le hizo entrar en otro tiempo pasado. Después de salir despedido y caer sobre un suelo que apestaba a vino y vómitos, descubrió a unos individuos borrachos y a uno de ellos que reparó en su presencia. La cabeza de Daniel comenzó a darle infinitas vueltas por aquella confusión hasta caer desmayado contra el suelo.
Cuando recobró el conocimiento, vio que estaba echado sobre un frío suelo de mármol. Había gran cantidad de gente a su alrededor riendo y aplaudiendo sin cesar. Cuando Daniel quiso saber quienes eran al volver la cabeza, supo que eran las mismas personas que encontró en lo alto de aquella montaña. Todo era una fiesta y felicitaciones. De entre aquella gente salió la misma pequeña que le cogió de la mano. La pequeña, al contrario de todos, lloraba amargamente señalando con su dedito a la pared. Daniel descubrió horrorizado que venía hacía unos instantes de ese tiempo y que había estado allí. En la pared estaba colgado el cuadro de "Los amigos borrachos" de Velazquez.

sábado, 22 de mayo de 2010

Jeff Buckley - Allelujah

Lo más hermoso del arte está en sentir cosas que quizás el autor nunca pensó al concebir la obra. Una vez me pidieron una frase en una prueba psicológica y se me ocurrió esta: "Lo más bello de la naturaleza está en la abstracción que tengamos de ella". La recuerdo porque fue muy aplaudida y sin embargo, lo que quise decir de ella no fuera nada espectacular. A John Lennon le hicieron otra pregunta: ¿Qué quería decir usted en estas canciones? y el respondió que sólo lo supo en el momento que las escribió.
A mi me apasiona la música. Pienso que antes me vuelvo homosexual que dejar de escucharla. La cosa es que casi todos los discos que tengo son extranjeros y algunos de ellos cantados en otro idioma que no es el mío. Aún así, hay canciones que me ponen el vello de punta por su intensidad y la verdad es que nunca se me ocurrió lo que decía su autor. En cambio hay temas en español de los que solo disfruto con su letra a pesar de tener una melodía que deja bastante que desear.
Hace unos días escuche en un anuncio un tema que canta Jeff Buckley se llama "Hallelujah". Para mi tiene una sensibilidad y un magnetismo del que solo traduzco la palabra Aleluya. Pienso a mi entender que su significado será algo religioso pero como la imaginación no tiene limites, podría ser por ejemplo que este músico le salió un contrato en un local de alterne donde los managers, contratan a las estrellas perdidas con un compás de caricias por debajo de las faldas. En todo caso esta canción lanzará al estrellato el mensaje del anuncio de T.V.
Casi seguro que comprender la realidad y crear nuestro propio criterio sea gracias a la inteligencia que nos dieron nuestros padres. A menudo encuentro gente que tiene un talento fuera de lo común y sin embargo son inteligentes para algunas cosas. No porque sean torpes; pienso que no aprendieron a utilizar debidamente el pensamiento. Hay gente tan natural en su forma de ser que despilfarran palabras tan sublimes que cuando les pregunto porque las dijeron dicen: "Pues no lo sé...no recuerdo". Andan tan sobrados en todos sus momentos sublimes que sólo despiertan envidias en los que se estrujan media vida la cabeza para sacar otra media frase. Con frecuencia estos genios suelen ser inocentes...cosa que a los envidiosos les da más coraje.
Sigo pensando que lo más bello de todo este entramado, nos lo da el pensamiento...aunque no lo entendamos.

jueves, 20 de mayo de 2010

Una linea en el cielo

Corría la calle abajo con los bracitos abiertos; cortando el viento con los dedos extendidos y el pelo tan libre como su corazón infantil. El mundo interior era descubrir y experimentar. Sus ojos eran la ventana por donde desfilaban los héroes del cine, la televisión y la novedad de descubrir el mundo. Todo daba la impresión de ser nuevo para el. El cielo se llenaba de rayas blancas como hilos de carretera en el aire...algo que le hacia soñar...aviones que se fumaban el cielo a bocanadas de humo blanco y ruido lejano. Según su madre el cielo era reflejo del mar; espejo de una inmensidad manchada por los aviones con gente mirando desde las ventanillas y señalando con el dedo Dios sabe que lugares. Aquella lejanía se hacía constante en su imaginación y poder volar, era un deseo habitual en sus sueños de mayor.
Ahora le tocaba ser protagonista y sentirse ligero...ahora volaba de verdad. Las nubes eran algodones y montañas esponjosas modeladas por el viento; viajeras lejanas que cruzaban no se sabía cuantos países. Su amiga María le contaba tantas cosas y sensaciones cuando volaba que hasta ella volvía a ser niña. El sol picaba en la piel, la gente eran desconocidos con miles de historias que se juntaban en una fila de asientos y las alturas, no estaban hechas para el. Momentos antes su peso era el de un mortal pero cuando el avión ganaba altura y subía más rápido que los gorriones, sintió que era poca cosa en este mundo. El estómago tenía mariposas que le hacían cosquillas mientras pensaba que algún niño desde algún lugar, lo miraría como un punto más que marcaba una línea en el cielo...

Poesía

Noche de luna llena y embrujada,
locura en mi cuna y pasion en tu cama,
llena de sueño me siento encantada,
dandole vida a un amor que no calla.
.
Noche de luna llena,
de tus manos, de tus labios y de tu mirada,
de tus caricias de terciopelo sonrojadas,
de escalofrios serenos, sobre mi piel dorada.
.
Noche de luna llena y embrujada,
sobre el sol, la luna de estrellas embriagada
sobre el aire, el fuego y el agua dulce y salada,
conjuro eterno, amante de madrugada.
.
Noche de luna llena,
dandote mi corazon, ofreciendote mi alma,
regalandote mi vida, desnudandome sobre tu ansia,
gritandote un te amo, llorandote de esperanza...


Ángeles.

miércoles, 19 de mayo de 2010

El pecho de mi amiga

En ocasiones la vida
vuela con lo que no es.
A veces sentimos cosas
y pueden ser o no ciertas
pero, es cuando el sentir,
se hace más cercano...

Nos sobran los vocablos
sin necesidad de mirarnos.
Sólo un presente cual
horizonte queda tan cercano...
tan lejos y tan cerca...
tan cerca de mis manos.


Angeles y yo.

Soñando de ida y vuelta

Por un momento,
dejé de soñar.
Miré la realidad y
quise vivir el presente
mas...
en otro instante,
mi vida se fué
con otro sueño...

Para Angeles.

martes, 18 de mayo de 2010

Nunca el mejor comienzo

" En las tardes calurosas, pesadas y asoladas de este pueblo, caminaba un hombre mayor por una calle bastante empinada. Daniel estaba sentado en el bordillo de la puerta de su casa con un bocadillo entre las manos y una gota de sudor en la frente"...
Nunca jamás hubo un principio tan recordado para mí como fueron justo esos recuerdos. Ellos me dieron pié a enseñar todo ese mi mundo interior. Esta afición por escribir nació del azar y gracias a esas pocas frases que son recuerdos de mi infancia. Ahora me siento lleno por dar salida a esas cosas que solo se cuentan en esta intimidad... Mi afición por escribir nació justo por casualidades de la vida y por eso me hace pensar en todo aquello que llevamos dormido sin explotarlo.
Si te paras a pensar, recordaras la maravilla que tiene tu mundo interior y sus posibilidades...

El cuento decía así......

Miró sus manos dispuestas a ambos lados del asiento. Por un momento creyó que eran las de un desconocido; que esas manos no eran las que toda la vida le habían acompañado. Ahora estaban arrugadas, con la piel flácida y cubiertas de unas manchas que un niño hubiera asegurado que eran de café con leche. Todo había cambiado. Sus pasos se habían tornado más lentos y torpes, sus fuerzas, sus reflejos, los errores que antes no cometía, la visión general de la vida, el trabajo que le costaba cada mañana levantarse...el sueño y el cansancio a deshoras. -El paso del tiempo nos va destruyendo poco a poco como el azúcar lo hace en un diabético-... pensó.
Una voz repentina le hizo salir de su reflexión. El encargado de la estación informó por megafonía que el autobús tardaría en salir.
Una mujer con su hijo de corta edad tomaron asiento justo enfrente de él. Abrió su bolso y sacó un bocadillo envuelto en papel. El pequeño lo tomó entre sus manos y lo examinó con detenimiento para decirse por donde empezaría a devorarlo. -!Que te aproveche!- le dijo al niño mostrando este un aire vergonzoso.-¿Dónde van ustedes?- les preguntó. -A Córdoba- dijo la mujer.
Los recuerdos de la niñez le hicieron dar un nuevo salto en el tiempo. Sacó de su bolsillo la libreta que siempre llevaba y anotó:

" En las tardes calurosas, pesadas y asoladas de este pueblo, caminaba un hombre mayor por una calle bastante empinada. Daniel estaba sentado en el bordillo de la puerta de su casa con un bocadillo entre las manos y una gota de sudor en la frente. Observaba como se acercaba este hombre por la acera de enfrente con la mirada puesta en el suelo y sumido en sus pensamientos.
De repente, se oyó un rugido, un rugido como salido de ultratumba que a Daniel le produjo una especial admiración. Era un pedo que le llamó una atención muy especial y al protagonista, le hizo levantar la mirada del suelo y asegurarse de que nadie lo escuchó. Pero vio a Daniel riéndose tímidamente. El, con una mueca simpática le dijo: " -En esta calle hijo, hay ratones ten cuidado que no se coman el bocadillo-". Daniel hizo la misma mueca y de un salto entró en su casa.
Su madre estaba de limpieza y fregando la casa. Le regañó diciéndole:

- ¿!no te he dicho que te quedaras en la puerta para que no me pises!?.

- Ya lo sé pero hace mucha calor y no la aguanto.

- !Bueno pues no te muevas de ahí que ya mismo te baño!.!Tu quietecito!.

A Daniel no le gustaba mucho eso del baño. Sobre todo y lo que más odiaba, era cuando su madre le frotaba la cara con una manopla llena de un jabón tan oloroso y tan espumoso que lo dejaba sin respiración. Tampoco le gustaban mucho las alabanzas que su madre exclamaba acerca de su pito. De lo que si estaba seguro es que no era de "oro" y tampoco tan grande como una "olla"... de la cocina.
Eso sí, lo que realmente le gustaba del baño pasado el martirio, era jugar con la espuma hallando formas imaginarias o transformándose en un barco que cruzaba el mar de su bañera. Su madre lo dejaba un rato disfrutar del agua pero a la hora de sacarlo, el se oponía rotundamente alegando que el agua estaba aún caliente. -¿!Pero si estás tiritando y con los labios morados!? AY POR DIOS ESTE NIÑOOOO!!.
Ya vestido, de un salto volvía a la calle como alma que lleva el diablo. Era atardecer y siempre disfrutaba observando los tonos rojos y anaranjados de la puesta de sol. Para sus ojos aquel espectáculo nunca dejo de llamarle la atención.
Visitaba a su vecina Juana la cual nunca tuvo hijos y según su madre siempre la conoció así de vieja. A el no le agradaba mucho esta anciana. La visitaba no porque su madre lo mandara sino, porque después de soportar el alubión de piropos y de besos, le daba algo de dinero.
Con el carrillo rojo y lleno de cariño marchaba para el parque y se compraba chucherías que no compartía con nadie. Siempre decía que guardaba unas pocas para el día siguiente y si acaso, dejaba que algún amigo le diera una chupada al regaliz pero... no era corriente.
En el parque jugaba a todo lo que se terciaba y lo que más le gustaba era ser el capitán; algo que casi nunca pudo ejercer porque su amigo Gonzalito eras más dominante y más fuerte..."
Unos golpecitos en el hombro le devolvieron al presente. La madre del chiquillo con voz amable le dijo que se diera prisa sino quería perder el autobús.
Con prisa dejó en el asiento lo que tenía en las manos y tomó el paraguas. Nadie advirtió que dejaba parte de su niñez en aquel banco de estación...

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Ahora mi recuerdo se vuelve más reciente y no olvido a quién me animó por seguir escribiendo. A veces soy tan tonto que necesito un achuchón y con creces me lo están dando. Mi amigo Ángel hizo que casi con esas tres frases me animara a escribir una novela corta y, tanta gente que vino después como mi amigo Pepe y demás amigos conocidos y desconocidos como esa persona de Antequera que me visita todos los días.
Hace cosas de dos meses o más que no tengo mucho aliciente por escribir tan a menudo como quisiera...quizás sean los cambios de tiempo. Entro en el blog por curiosidad de ver quien me ha visitado ese día y me encanta saber que no se olvidan de mí.: GRACIAS.

Domingo... Buscador.

lunes, 17 de mayo de 2010

Córdoba eterna

Amanece en Córdoba y las calles de esta ciudad romana, bizantina, árabe...que esta tan rememorando tantos acontecimientos desde que existieran las civilizaciones...empiezan a poblarse de una variedad de personas asombrosa: cordobeses, árabes, suramericanos, rumanos, africanos...Distintas lenguas, profesiones, religiones, orígenes y condiciones sociales. Cada uno con sus costumbres y sus usos. No es una ciudad elitista, ni la más limpia, ni la más culta, ni la más emprendedora...a ser sinceros actualmente no tiene ningún protagonismo. Quién lo iba a decir...la que muchas veces ha sido considerada la mayor joya del mundo...hoy amanece callada, observando el continuo fluir de las gentes, guardando entre sus calles los secretos más codiciados durante tantos años...Porque pasear por Córdoba dejándose llevar por sus sinuosas calles, la salida al río, que se presenta como una bendita aparición. Contemplar las mismas columnas de la Mezquita, que recuerdan las irrepetibles caras de una multitud, ninguna igual a otra...Notar su peculiar su clima, su atardecer en el puente romano...aunque las construcciones sean modernas, aunque el tráfico inunde todo de ruido, aunque las prisas y el estrés de los transeúntes parezca que arrebatan la quietud que le corresponde. Si paseas por Córdoba y te tomas el tiempo de escuchar sus blancos muros...comprendes muy pronto porqué tantas veces la escogieron, porque aún hoy a la vuelta de una esquina, te encuentras una placita, nada pomposa ni recargada, nada presuntuosa, pero perturbadoramente elegante. Si tienes la suerte de poderte detener y ojear un libro, embriagado por el azahar, por el sonido cantarín del agua en la fuente... sabes que esas páginas nunca podrán transmitirte más.

Otto

Fotografías

Un día te dije que las palabras cuando se leen se hacen voz en el pensamiento, que cada autor tiene su propia voz como cada imagen su interpretación y cada escrito su estilo. El recuerdo se llena de imágenes como la imaginación de un niño y la vida no es dejar huella sino vivirla. Muchos de mis recuerdos no tienen voz ni nombre y son mendigos pasajeros de las calles de Córdoba. Leo miradas y gente que va y que viene pero que no se el porqué se queda impresa en mi memoria. La vida interior de cada persona tiene tantos recovecos como la noche de una gran ciudad; con tantos personajes y tantas fotografías inclasificables. Antonio Machado decía que (corrígeme si me equivoco) todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar… pasar haciendo camino caminos... caminos sobre la mar. Nunca perseguí la gloria de dejar en la memoria de los hombres mi canción... Caminante son tus huellas el camino y nada más...

Amiga caminante, tu huella esta en mí.
¿Te parece poco conquistar mi corazón cada vez que te das?
...y nada es poco para tí...
Que inocentes somos los dos...por vivir de la fantasía
Fabricamos un mundo de encuentros donde nada, lo fue todo...

miércoles, 12 de mayo de 2010

Volverse a encontrar

Por algún motivo Susana no apartó la mirada de las pupilas de Jesús.
La calle estaba llena de miradas pasajeras que cuando se cruzan, se desvían para no herir intimidades. Sin embargo los pasos más encontrados son aquellos que de por puro azar, la mirada es la que habla y no rehuye por tener el valor de sostenerla. Aquella mañana, Susana paseaba por la acera sin tener nada que hacer y Jesús tenia prisa para sellar el paro. Los cambios de tiempo prometían una primavera en toda su regla y a veces el corazón se hace en unos momentos más grande...
A un lado de la calle Jesús no reparó que al otro lado Susana ya se fijó en él. El semáforo se puso en verde y en el paso de cebra, no tardó en reconocerla.
Por algún motivo Jesús apartó la mirada de las pupìlas de Susana porque quizás en ese momento, los ojos fueron mas ciegos que el sentimiento de ver tan claro lo que sentía...

jueves, 6 de mayo de 2010

Desolación

Al terminar de escuchar su disco favorito se fue a la cama. Estaba realmente cansado después de un fin de semana lleno de compromisos familiares y de trasnochar. No despertó en toda la noche y el sueño fue placentero.
Amanecía otro lunes más de trabajo. El despertador dió su alarma a las siete y Antonio despertó. Quiso incorporarse pero no pudo. Intentó abrir los ojos y le resultó imposible hacerlo. Pensó si todo aquello era producto de un mal sueño pero, conocía la realidad y Antonio sabía que algo le pasaba. Su mujer lo llamaba entresueños y el no podía articular palabra alguna; el temor y el desasosiego le invadían el pensamiento. Sabía que estaba acostado, al menos eso fue lo último que recordaba de la noche anterior pero el sentido del tacto también había desaparecido de su piel y ya no sabía ni dónde estaba. Sólo escuchaba y respiraba. Pensó en que aquello era algo pasajero por haber cogido su cabeza una mala postura al dormir, que todo pasaría pasados unos instantes. Su mujer lo llamaba al principio como a quién le cuesta despertar de un dulce sueño, luego más insistentemente y por fin de una manera desesperada a sabiendas que algo le pasaba. Pasaban los minutos y María no sabía que hacer más que llorar angustiada...!!Antonio!!! !!Antonio!!! !!Por favor contéstame!! ...!!Dí algo!! . El miedo recorría el pensamiento de Antonio así como la angustia de sentirse impotente. Escuchaba a su mujer y a sus hijos llorar asustados diciendo!!Papa!!!...!!Papa!!...
Aquel estado sólo le permitía ser testigo mudo de lo que pasaba a su alrededor. Pasaban los días y los médicos daban un diagnóstico basado en teorías más que en ciencia; la medicina no sabía que decirle a María...Un hospital tras otro, un día tras otro...semanas y meses y pruebas y más pruebas pero Antonio seguía estando vivo dentro de su caparazón. Lo alimentaban con una sonda, le cambiaban pañales como a un bebé y de vez en cuando, alguien le hablaba desde algún sitio...desde algún lugar indefinible... Pasaban los años y las décadas hasta que fue dejado en el olvido por su familia y amigos en alguna residencia...en algún lugar...

miércoles, 5 de mayo de 2010

Momentos

En estos días de primavera, el corazón se agita de tal manera que en ocasiones me ofrece distintos estados de ánimo, puntos de vista diferentes sobre lo que creía y tantas cosas que evocar...En definitiva me vuelvo un poco más loco de lo que creía estarlo. Pienso que la primavera es así. Parece como si mi reloj biológico se disparara y yo volara por este mundo esquivando las cosas que no deseo tal y como lo hacen las golondrinas por las calles. A veces, el alma se vuelve tan pesada y gris como una nube de lluvia y... me dan ganas de llorar. Es en este tiempo, cuando mi sensibilidad se muestra en toda su intensidad y el sentimiento me hace un nudo en la garganta. Sin embargo, la alegría de vivir me acecha al doblar cada esquina como por arte de magia. Sonrío buscando el lado más simpático de las cosas y guardo momentos que de alguna manera me enriquecen. No tengo un apelativo para definir estas cosas que nos suelen suceder en la primavera, solo sé que todo bulle allá por donde voy. Mis pasos caminan por senderos buscando la calma y parece como si de un golpe, los seres vivos, las plantas y los fenómenos meteorológicos tuvieran prisa por vivir de una manera tan atropellada. Los días se vuelven películas fotográficas capturando instantes que son guardados en no sé qué rincón de la memoria. Puede ser que todas estas imágenes y pensamientos tengan la semilla de algo hermoso que nunca dura para siempre; el regalo de la vida al despertar en unos segundos. A todo ello lo voy a nombrar con dos palabras que me parecen tan bonitas como efímeras; algo que se puede guardar durante una eternidad, pero que dura lo que una estrella fugaz... Carpe diem...

martes, 4 de mayo de 2010

Un paseo por su voz

Llevo una vida con necesidades simples y pocas. A diario me acerco o paso por el campo. Miro al cielo, aprecio la luz, tomo medidas al aire, a la lluvia, a las nubes. Escucho el canto de las aves, el rumor de las hojas de los árboles, la lluvia y preparo mi corazón para el silencio de la hora del anochecer. Entonces, sólo a esa hora, hablo conmigo de cosas íntimas y personales.
Tanta gente viene a mi recuerdo y tantas cosas que me pasan como pensamientos que buscan un sentido a un desorden de asuntos que tengo que aclarar. En mi equipo de música escucho a Stacey Kent. No puedo evitar pasearme por esa voz que me recuerda a la simplicidad de la vida. Su sentimiento me devuelve a la cordura y es curioso, pero el desorden desaparece por arte de magia y ahora, mi vida vuelve a tomar un sentido de la mano de la belleza. La calma me da la mano como una canción sigue a otra y vuelvo a la primera frase: " Llevo una vida con necesidades simples y pocas ". Quiero volver a aquello que hace unos momentos parecía un enigma eterno pero no recuerdo de qué se trataba. El silencio se llena con la voz de esta cantante de jazz y es lo que ahora da sentido a mi razón pues, como dice una canción:" La vida desfila sin medida ni freno ¡¡ ATRAPALÁ!! está en tí "...Aprecio mi propia voz interior a la que no le hice el caso que merecía y aún así, a pesar de mi desprecio, jamás me abandonó. Son curiosas cada etapa de mi vida: De joven quería madurez por encontrar la calma y ahora, recojo todo lo vivido como un tesoro de juventud. Despues de tantas caidas y de tantas dudas existenciales vuelvo al valor de lo simple..

Por Pepe y yo.

domingo, 2 de mayo de 2010

Utopía

El sentimiento se estira, profundiza y se pierde aún más al compás de algo que lo motive. Tantos pensamientos que van y que vienen como imágenes del pasado; tanto vivido con la promesa de vivir todavía más si cabe... Desearía que cada persona tuviera un corazón tan noble y tan grande que nunca pudiera ganarle a su razón; que sintiera la vida sin quedarse a medias en comprender su dolor y su alegría pero, que jamás perdiera el norte. La maravilla de vivir está en el pasado, presente y futuro mas, el sentido de vivir sale a nuestro encuentro y comprender esa maraña incomprensible de nuestro mundo interior, sería motivo de placer saber que de todo eso, nada caería en saco roto. Tan utópico es esto que digo que con frecuencia nos perdemos en el mar de lo inexplicable y no olvidarlo, puede que en algun momento y de alguna manera, forme parte de nuestra razón de ser...