jueves, 13 de septiembre de 2012

La plenitud de una Santa


Por estas fechas , hace años, murió la madre Teresa de Calcuta.

Conozco a mucha gente entre los cuales me sumo yo, que desean ser mejores personas. Los errores cometidos, las heridas garrafales por la ignorancia, el no saber o, saber y hacer a conciencia por maldad...
Gracias a Dios, hay gente que tiene la claridad perfecta de no herir los corazones sino, de ayudarlos. Escuchaba, escuché y escucharé, que Dios nos hizo a su imagen y semejanza...yo, por cosas que me han sucedido, también lo creo así.
Las maravillas que esconde nuestro corazón se van intoxicando. Nos hacemos el daño de no vivir en plenitud y morimos con el sueño de querer ser felices. Parece ser que ser buenos no tiene esa reconpensa inmediata de engañar para ganar. Sin duda, la nobleza es fácilmente traicionable y hasta hay gente que les llaman aquello de..."De bueno, tonto"... También es frecuente el miedo a nuestro propio corazón que nos alerta para temer al descubrir que somos peores de lo que somos.
De la falta de atino y la ignorancia, se ceban la gente manipuladora. Nos convertimos en un rebaño de ovejas que se conforman con su modo de vida, por ser ciegos al verdadero significado de vivir. Alcanzar la sabiduría y el buen atino es solo cuestión de tomar una formación. Cada persona, es un mundo y requiere cuidados especiales a la vez que es capaz de ofrecer cosas originales. Pero todo no puede hacerse en soledad; tan solo unos pocos sobreviven en este mundo cruel que vivimos.
Sin duda, la madre Teresa de Calcuta, conocía su corazón y supo descifrar y deleitarse con el de Dios. Hay gente desconocida que guarda por dentro la maravilla de las maravillas...y por torpeza cuando las escuchamos, no tenemos el atino de saber lo que ese hombre o esa mujer, sabe de nosotros cosas que son maravillosas...



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