miércoles, 24 de julio de 2013

La casualidad


Hoy me ha pasado algo curioso. Me he reido porque a veces no puedo contener la risa sea donde sea. La casualidad, es una especia que de vez en cuando aliña nuestra vida y puede que hasta le de un poco de sabor al día. A veces, la coincidencia por algo, me da ese toque especial cuando menos espero. En mi memoria, hay miles de coincidencias y casualidades porque cosas así, suelen quedarse grabadas en mi memoria...El placer de coincidir con algo grato aunque solo sea por un instante, es como darle de comer a nuestro corazón en lo cotidiano.
Esta mañana, la casualidad me ha hecho sonreir varias veces por algo muy simple. La verdad es que me sentía feliz en mi paseo por Córdoba. Todo consistía en que, cada vez que tenía que cruzar un paso de cebra, no tenía que esperar. Fuera donde fuera, el semáforo se abría sin interrumpir mi marcha....y fueron bastantes semáforos... Pero también, desde hace tiempo, disfruto de cosas sencillas que carecen de valor material. A cada detalle, nacen sensaciones nuevas que se clasifican y ayudan a vivir...
Me entristezco porque dentro de tres días es mi cumpleaños y cumplo 45. Mi vida no fue muy fácil pero, aún así, hasta en los peores momentos, tengo hasta guardados pensamientos bellos que tuve. Enseñar a vivir no cuesta dinero. Mi camino sin duda, no se lo deseo a nadie. La coincidencia entre las personas es mejor que la de los semáforos y ese destello de placer, suele aparecer en décimas de segundo y se prolonga quizás durante mucho tiempo. La gente se preguntará cual es la manera y la forma de conseguir, cual es el misterio de su corazón y yo, no sé que contestar...


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