viernes, 19 de agosto de 2016

Ella en un baile de sombras




Como la brisa te me escapas; te rozas en mi piel eternamente viajera, como los besos que se dan en menos de tres segundos y se adhieren cual alfileres que me pinchaban en los remiendos de mi madre...Aquella realidad de inocencia, es tan elástica que va desde mi juventud hasta esta estación de tren en que veo a dos jovenes que se dan un beso de despedida y en esa despedida, apareces tú.

Es dulce la nostalgia colmada de coincidencias. La gente pasa en direcciónes lejanas; con maletas llenas de tantas cosas como acertijos son los del corazón. Y en esta estación de tren he visto infinidad de despedidas y de encuentros; de soledades bién avenidas cuando las busco para mis adentros y un pañuelo, juega con el viento en medio de una película en blanco y negro...

Aquel tiempo jamás volverá. Me siento perdido en esta estación de Córdoba con una existencia que se hace poca cosa en lo tremendo que es el recuerdo. Miles de pasos perdidos buscan andenes de rapidísimos AVE que portan sueños por caminos viciados de viajeros y yo, en medio de la nada, sentado en un banco de estación, te vuelvo a ver...Caminas con el móvil en tu oido; ausente de mi realidad y yo de la tuya, cercana sin verme en tu pasado y yo, casi te saludo si no fuera que un tipo te toma del talle en un beso de carmín; como aquella película en blanco y negro de labios rojos para la ocasión, donde una lágrima de despedida, moja un pañuelo de papel que se lleva el viento...




5 comentarios:

Pluma Roja dijo...

El tiempo no vuelve para no perderse hay que empezar a crear nuevos recuerdos con nuevas vivencias. Así tendrá que ser.

Saludos.

jfbmurcia dijo...

Las estaciones son santuarios de la nostalgía.

Amapola Azzul dijo...

Escribes muy bien. Enhorabuena Buscador. Buen finde.

Meulen dijo...

Cuanta nostalgia que sale huyendo ...

así de a poco descansará la tristeza...quizás...

los trenes llevan y traen nuevas miradas.

Sara O. Durán dijo...

Ay, cuánta nostalgia se desprende de esta historia. Hay personas que nunca se olvidan, a pesar de que jamás las volveremos a ver. Se van y sin embargo se quedan.
Un beso.