lunes, 10 de abril de 2017

Al amanecer con perfume de Azahar









Un vagabundo se le acercó. Eran las siete de la mañana con perfume de Azahar; cuando los más madrugadores disfrutan de su paseo justo antes del desayuno.

El padre Arturo devoraba el Azahar de los naranjos porque a sus años los recuerdos se le hacían más nítidos, mas perfumados por la flor de los naranjos. Su pensamiento volaba cerca de la Iglesia de San Nicolás y la gente pasaba muy abrigada en estos primeros días de abril casi sin prestar su atención...

- Padre ¿puedo sentarme aquí con usted?

...y el padre Arturo lo miró de arriba abajo quizá con un poco de sorpresa; valorando su respuesta antes de hacerse a un lado en el banco y dejarle el sitio.

- Mire usted padre. Hace una eternidad que no me confieso ni tampoco lo busco porque la gente pienso que se debe de confesar a sí misma. Llevo años que por motivos personales no tengo trabajo y la verdad es que tampoco estoy desconforme con mi suerte. Mi tiempo libre lo dedico a la meditación y a profundizar en cosas que antes las tenía olvidadas...No estoy casado ni tengo familia. Como todos los días mi vida aún siendo vagabundo es aceptable merced a la suerte que me tocó. Ayudo en lo que puedo porque tengo educación y acompaño a personas que como yo, pronto moriremos...

El padre Arturo con voz cercana le dijo que ya era Semana Santa, que no olvidara a su corazón pues en él, estaba Dios. Nunca lo conoció ni habló con él pero su palabra si la predicaba en cada oficio y en cada enfermo mas, nunca tuvo la ocasión de conocerlo a flor de piel.

Con palabra cercana aquel vagabundo como por arte de la verdad, le provocó un sentimiento muy agradable...Eran casi las siete y cuarto de la mañana cuando el padre Arturo lo reconoció en su interior.

- ¿Qué me estas haciendo? ¿Qué ventana de sabiduría me es tan cercana que me habla sin palabras? ¿Quién eres tú? ¿Por qué me dejo llevar por un vagabundo pues en su mirada me fundo en la Fé de Diós?

Se abrazó a aquel vagabundo. Nadie había ahora mas que ellos solos. Arturo le tendió su mano antes de morir y el vagabundo le dijo: " Me llamo Jesus"...




lunes, 3 de abril de 2017

Abril



Hoy mis ojos llovieron otra vez. Cantidad de personas desfilaron en mi vida con innumerables detalles que se guardan en el corazón...Llovieron en su conjunto con lágrimas de estrellas fugaces que no pude retener y entre ellas, estabas tú. Paseé por Córdoba y Granada en pasos sensibles de cada paseante que se detiene en la vida con cada detalle. El día, la luz, los colores....tantas cosas en su conjunto que sin querer queriendo, en todas ellas, estabas tú...



domingo, 2 de abril de 2017

Siempre espera la noche



En almohadones de soledad, la noche se acurruca a mi lado. A veces es fría y silenciosa como si fuera un sepulcro donde de lejos, ahullan los perros a la Luna. Otras veces, la soledad de lo oscuro es cálida en noches de primavera cuando la golondrína canta al amanecer cantos de vida. Entonces bailo en soledad al son de antigüas reminiscencias que vienen marcadas en mi genes y la vida se hace agradable al tacto de mis sentires...

 Mis noches también son vanas de descifrar y mi pensar es una colmena de voces con gentes  de almas deformadas cuando sueño Dios sabe qué cosas. Como agua fría en una ducha, la soledad y la noche deben de ser mis amigas...no puedo correr ni esconderme, tampoco llorar mi pena ni cantar mi alegría...Mi noche es amplia como mi mundo interior y de mí, jamás correré...

Para Pilar.

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