domingo, 3 de septiembre de 2017

Crimen pasional



Caminaba a su lado y hablaban a cada paso más profundo. Ella era inteligente hasta dejarlo a el en silencio pero, era tan hermoso ese silencio, que ella no le pedía palabras...

Se casaron como si ella fuera una muchacha plena de primaveras y el, silencios atentos para amarla mejor. La dulzura de la noche era un abrazo eterno y la luz del día una explosión de color. El la amaba con pocas palabras, sólo las justas que ella necesitaba como un dardo en una diana. La amaba y era su mejor amigo; el complice de sus pesares que se aclaraban con pocas palabras, las justas. Ella se sentía protegida bajo un árbol robusto que la guardaba de las tormentas y así fueron pasando los años eternos.

En la plenitud de la vejez, ella lo amaba hasta el delirio. En cada gesto sabía qué le pasaba, en cada beso sentía el sabor de su alma. Le confaba tener celos de su silencio con una profundidad de discernir la pura belleza que puede tener un hombre. A cada pregunta, había una respuesta sino sincera, certera a todas luces...A cada segundo de cada minuto de cada hora de cada dia, de cada semana de cada mes de cada año, los silencios de Domingo obraban en su interior como una obra de Miguel Angel y ella, celosa hasta de su alma, le preguntó con ansia después de tantos años en qué consistía; cómo podía imaginarse lo que su profundo interior aguardaba para salir a la luz. Domingo, con mirada de cristal y palabra certera le dijo que sólo era pureza por haberla amado y ella sin poderlo remediar, loca de amor y celosa de quién lo mirara, lo mató.


4 comentarios:

Amapola Azzul dijo...

Deja sin palabras el relato.
Muy bueno.

Besos.

Maru dijo...

Inquietante relato. De amor posesivo hasta la destrucción. Muy bueno. Abrazos!

Meulen dijo...

Es cierto eso
que hay amores que matan...
y de eso son causa de cosas muy feas...
la realidad a veces supera en mucho a la fantasía.

jfbmurcia dijo...

Tantos silencios le acabaron enloqueciendo. Saludos.