miércoles, 21 de noviembre de 2018

Encuentros en Aromas café





Cuando los años no cuentan hacia adelante, cada día es una cuenta atrás...Tenía miedo al paso del tiempo y su mujer no mejoraba. Los planes de hacer realidad deseos por tener tiempo libre después de jubilarse y de vivir esos viajes soñados como si fueran una luna de miel, se vieron truncados con un diagnóstico: una muerte segura...que no tardó en venir.

Se vió solo e indefenso en su piso céntrico de Córdoba. Paseaba casi ausente porque la casa le ahogaba por una soledad llena de recuerdos...Avenida de América, Ronda de los tejares, Plaza Colón, Santa Marina, Avenida de las Ollerías y vuelta a su calle. Desayunaba y pagaba siempre en la misma cafetería. Las camareras le tenían puesto un calificativo por llamarlo de alguna manera: "El ausente". Siguieron pasando los días plomizos de otoño y el paseaba sumido en una nostalgia llena de recuerdos y sueños rotos por cumplir. Cada mañana entraba en la cafetería y se pedía lo mismo, pagaba, iba al servicio y se iba sin decir adiós...

Alguien sí se fijó en el. Le daba pena ver a ese hombre con soledad en la mirada pero con una elegancia de espíritu que la llenaba de curiosidad por saber quién era. A veces se lo cruzaba y lo miraba fíjamente por si el la miraba, tan sólo para decirle adiós o buenos días...

Ella también estaba jubilada pero con ilusión por vivir; de darse a la gente con el corazón abierto y vivir sus sentimientos para compartirlos en vez de hundirse en la miseria de lo cotidiano. Se cruzaba con el muchas veces y tuvo la tentación de saludarlo o de decirle hola, buenos días, desayunamos todos los días en la misma cafetería...pero no se atrevía. Sabía por intuición que ese hombre era bueno y eso la enternecía mucho más. Una mañana se deció dar el paso. Le diría que se lamaba Irene, que vivía cerca de el y no sabría que mas cosas contarle porque decir que también estaba sola perecería interpretarlo como algo fuera de lugar.

Rafael estaba siempre para sus adentros. Dejaba una buena propina en el bar y se marchaba sumido en sus pensamientos como quién está preso de un problema que no lo deja vivir en paz.

Llegaban los días de Navidad y sentir la soledad era algo más acuciante, más cruel para quién tiene un corazón sensible. Aquella tarde Rafael estaba comprando en un super que hay en la Plaza de Colón y ella también. Con la mirada le perseguía y nada más verlo, las compras le delataban de que no sabía comprar: Este hombre es un desastre, pensó. Algo había en su corazón de mujer que le decía haberlo conocido en otro tiempo, fuera de Córdoba, hace tanto tiempo de eso...cuando se sintió enamorada de un chico en un pueblo de la provincia pero de eso, hace tanto tiempo...Reunió valor y se hacercó a Rafael pare decirle que aquellas gambas no eran buenas, que mejor estaban los langostinos y que aquel turrón era el mejor por ser de Rute.

Rafael se disculpó y le preguntó que quién era. -¿Se llama usted Rafael Expósito?-le preguntó- y el respondió que no, que se llamaba Écija de apellido. Usted es la mujer que coincide conmigo en el desayuno verdad...y ella dijo que sí con la cabeza baja, casi con vergüenza...Mire usted, no soy ajeno a la gente con la que me cruzo por donde voy. Sé que cuando nos juntamos en la cafetería me observa como me observa tanta gente con la que me cruzo porque soy alguien que da la nota. Si quiere ahora después de comprar nos tamamos un café, yo la invito. No suelo relacionarme con mucha gente, la verdad es que aparte de con mi mujer, he sido un solitario y un observador de todo el mundo además de que le agradezco su interés por mi. Es ese detalle que ha tenido por acercarse a mi me dice que usted que es buena persona y yo muy al contrario de lo que parezco, soy muy directo con la gente. Gracias por los consejos de las gambas y los langostinos además del turrón de Rute pero lo que más disfruto en estos momentos es haber adivinado su buén corazón.

Fué franco y sincero en la respuesta. Tan sólo mintió en una cosa: su apellido, era Expósito.





7 comentarios:

Albada Dos dijo...

Ese final es soberbio. Por supuesto, la jubilada tenía razones de fisonomía para querer conocerlo. Hay quien elige detrás atrás el tiempo, su pasado y su historia de vida. Es una elección, pero jubilarse en el presente y estar abierto a la vida por vivir es má divertido

Buen post. Un abrazo

Campirela_ dijo...

Que buen relato y que de verdad ..el final es sorprendente , él era ese chico de Córdoba..su amor en otros tiempos .
Un abrazo feliz día.

Susana dijo...

Qué sorpresa. Un beso

Ángeles dijo...

Buscador, ha escrito usted un muy buen relato realista, lleno de detalles que implican al lector a continuar la lectura, tiene un fondo muy humano y lleno de emociones marcado por la soledad del protagonista... Describe los sentimientos de los personajes con intensidad y una vision que no distorsiona la realidad en ningún momento, (es un tema muy actual que viven muchas personas)
Y el final, me ha encantado, mantiene la intriga hasta negar el Expósito de su apellido... es una historia abierta que deja al lector creer lo que más le guste. Y como me gustan los finales felices, pues al final, él también la reconoce a ella y los dos se reencuentran, desterrando de sus vidas la soledad.

Un abrazo con cariño.
Ángeles

Meulen dijo...

Que triste
pero cada quien sabe porque toma esas decisiones
a veces estar solo es mejor que un compañía que nada aporta.

Estés bien.

dijo...

El relato está bien cuidado.Has hecho que no se escape ni una coma al leerlo.
No es una historia básica,es algo mucho más allá .Es la percepción que sale del corazón de las personas con sentimientos.
Buen desenlace .Pensaremos que todo ha salido como era de imaginar
Besucos y bendiciones,amiguco

Flor dijo...

Hola Buscador , vengo a decirte que me a gustado mucho tu relato , y decirte también que en muchos casos la soledad es muy mala y más cuando has tenido una compañera/o de viaje de tantos años , verte tan solo tiene que ser terrible en din que te deseo una feliz noche amigo mío besos de flor.

Pd; Mirando tu perfil , vero que eres de Rute Córdoba , y mira tu que cosa más curiosa , que mi padre es nacido en córdoba capital , nació en la plaza donde esta la escultura de Manolete el torero.