sábado, 26 de enero de 2019




Allá en la lejanía ella se pierde en la profundidad. Danza al son de la soledad buscándose lo que no alcanza y, sufre...De sus labios hasta lo profundo, un escalofrío la recorre con desazón. Fueron tan agradables aquellas palabras que ahora el recuerdo la conducen a una estancia vacía llena de silencio. Darlo todo por amor es la sed de su vientre y de sus labios; de las yemas de sus dedos y el calor de su tacto...

Entra la noche casi sin esperarla. El silencio y la soledad se dan la mano. Abrazada a la nada otra noche; con la mirada puesta en la oscuridad; la misma que llena su silencio en el corazón mas, daría lo que fuera por asirse a un punto de apoyo y tomar un impulso nuevo a la vida. Los pensamientos se repinten una y otra vez con el mismo sentir de la ausencia y cuando entra la madrugada, cansada ya se queda dormida en su invierno particular. Ahora no hay dolor, la razón duerme sacudida y cansada hasta que a la luz del amanecer, su mirada limpia y clara buscará en la luz su luz por no caer en esa estancia del alma de donde todo el mundo huye, por desamor, por miedo, por no sentirse perdida, por superar aquello a lo que una vez, un corazón le dió la vida...



5 comentarios:

Mujer Virtual dijo...

Una oda a la soledad, la que más cala,la del alma
Besos, Buscador

Campirela_ dijo...

Que bello texto , nunca la soledad se la hablo tal claro y junto a la noche como bien dices van de la mano ..
Un abrazo buscador ..feliz noche.

Pitt Tristán dijo...

Siempre esa prosa poética que tanto dice desde el corazón..


Saludos.

Albada Dos dijo...

La soledad de la mujer revertirá primavera, con los nuevos días, con los nuevos encuentros, con la nueva vida.

Un abrazo

Meulen dijo...

Sabemos después del silencio
de la oscuridad...viene la luz
devela misterios y nos llama a la vida