sábado, 7 de noviembre de 2020

El perfume

 


 

  Con la adolescencia, la vida sale al encuentro. Nunca pude imaginar que la belleza se encuentra debajo de los prejuicios; de la moda impuesta o de la ceguera de mi corazón...Ahora, mis recuerdos escarban en aquellos años en que mi corazón se escondía debajo de la mentira de un joven inocente que estaba perdido frente al amor...

Aún la recuerdo. La naturaleza de mi memoria guarda su aroma natural sin perfume, sus gestos, su sonrisa...el atino femenino natural que me cautivó y el fondo de mi corazón desnudo cuando me enamoré de ella. No era la más guapa, tampoco la más fea. Vestía de forma sencilla, casi humilde pero, descubrir la magia de su forma de ser y las cualidades que escondía, la naturalidad de una inteligencia, su calidad y la clase en su conjunto, crearon en mi un románticismo tan enorme que cuando presto la atención a una mujer, no me guío por la apariencias.

Ella jamás destacaba ni competía. Nada más conocerla por encima, parecía una chica simple; alguien de quién se puede prescindir para reirte de ella porque no estaba en la onda. Todas las chicas llevaban su perfume, sus vestidos, su arreglo personal y muy estudiada su forma de ser. Sin embargo ella carecía de todo lo superficial sin querer destacar ni pretenderlo y para colmo, estaba sentada a mi lado en clase. Me resultaba estúpida; una mujer que no merecía mi atención con aquel olor corporal que me tiraba para atrás cuando las demas chicas se perfumaban y se arreglaban para ir a clase.

Pasaba el tiempo adentrándonos en el invierno. Sin saber cómo, pude apreciar que Teresa tenía valores además de ser buena chica y poco a poco tomamos confianza. Me sentía bién cuando hablába con ella. Era agradable y para nada se dejaba ver una chica que estaba vacía. Yo sonrreía con sus ocurrencias que a veces eran inteligentes y tenía gustos que coincidían con los míos. Pero fuera de clase yo seguía con mis amigos y sus prejuicios. Sin embargo ella se hizo con mi amistad. No tenía por qué ocultarme de nada ya que con su compañía uno se sentía muy cómodo y hasta natural. Su perfume corporal dejó de molestarme y la belleza de su rostro me parecía fascinante...y de la forma más natural, yo caí enamorado de Teresa...

Por mi timidez jamás me declaré y nunca no se lo dije a mis amigos porque se reirían de mi. Mi sentido del ridículo superaba al amor pero, en horas de clase, adoraba que ella me rozara con su brazo mientras escribía y hasta el olor de sus axilas se convirtió en un perfume adorable... Llegó fin de curso y yo me sentía fatal porque mi amor era un amor incofesable. Ella marchó a su pueblo y yo pasé el peor verano de mi vida ya que sufría de mal de amores. Pasaron los años, me hice mayor. Sin embargo guardo en mi memoria el perfume de su cuerpo que nunca más encontre en otra mujer y esté donde quiera que esté, lo reconocería al instante...Quizá no me casé porque he ido buscando en una mujer las cualidades que en ella encontré.


Esta tarde, he visto otro capítulo de Dortor en Alaska. En ella uno de los protagonistas de la serie confiesa que la mujer más hermosa del mundo pudo ser su esposa pero que el la rachazó porque estaba completamente calva...Me he emocionado y hasta he llorado. Al mirarme al espejo de los recuerdos veo a un joven de 50 años que sigue soñando con lo que jamás sucedió...



8 comentarios:

Albada Dos dijo...

Esas personas que nos dejaron marcados en la adolescencia, tal vez nunca se van de nuestra mente. Ese aroma volverá, sin ser un perfume especial, porque seguramente es el aroma de la frescura y la naturalidad de una juventud que se nos escapó

Un abrazo, amigo

Campirela_ dijo...

Muy bonita esta entrada, es cierto que hay muchas cosas que en la juventud nos dejan huella y siempre estarán en nuestros corazones.
Un abrazo y muy feliz noche.

Margarida Pires dijo...

Existe sempre um amor especial que marcou a nossa juventude.
A história é linda!
Segui o seu cantinho!
Um abraço florido!🌻💋🌻
Megy Maia🌈

Siby dijo...


Hermosa entrada que nos presentas
mi amigo, hay amores difíciles de
borrar y siempre nos quedaran sus
aromas grabados en la piel del alma,
siempre es lindo disfrutar de tus letras.

Besitos dulces
Siby

Sandra Figueroa dijo...

Esos recuerdos inolvidables de otro tiempo. Sentido texto amigo Buscador. Saludos.

Susana Moreno dijo...

Sabes ver más allá de las apariencias. Un beso

Meulen dijo...

Lo importante a pesar de todo
es que ese amor alienta tu vida
y sigue en ello encontrando belleza para seguir adelante...

Muy bellos pensamientos!

Bubo dijo...

Recuerdo el olor de dos mujeres de mi vida. Una de la facultad. De Don Algodón y el pelo de Herbal Essence citricos. Nunca he olido un pelo como ese.