Por problemas afectivos, la vida se le hizo cuesta arriba. Por entonces
contaba con 30 años y la locura no se la llevó por tener una forma de
ser sencilla y sincera. La sensibilidad iba de puntillas por la vida. No
entendía a la humanidad ni por qué sufría tanto cuando se enamoraba.
Padecía de silencio y soledad, nadie quería saber de ella pero tenía
unos valores arrebatadoramente perfectos...
El médico era un
hombre de media edad. Casado y sin hijos pero con un corazón dispuesto
para ayudar al necesitado. No contaba con muchos pacientes a pesar de
que no cobraba una cantidad excesiva. El le llevaba la medicación además de
una psicoterapia donde la chica le desnudaba su interior y la forma
maravillosa de ver la vida. La citaba todos los jueves a la misma
hora...y ella mejoró de forma rápida. La dulzura, la sensibilidad, el
buén atino de su corazón de mujer fue minando la razón del psiquiatra:
el amor se hizo presente en su día a día.
Su mujer era su
confidente cuando algo le sucedía. Le escuchaba casi todas las noches y
estaba acostumbrada a escuchar los renglones torcidos de la razón pero,
el amor que sentía por su marido no era correspondido y hubo una
separación.
La paciente como cada jueves, llegaba a la consulta
con ilusiones renovadas para contarle cosas de su vida: de cómo se
sentía feliz gracias a el pero, la consulta estaba cerrada aquel día
laborable. La placa de médico ya no estaba en la puerta de la calle y el
portero de la vivienda le entregó un sobre.
Inquieta lo abrió y así decía:
Tu
nombre se enreda en mi pensamiento hasta hacer florecer lo mejor que
hay en mi. Nunca pude esperar que el amor que siento por mi profesión,
pudiera ser empañado por una paciente al enamorarme de ti y me siento
derrotado. Jamás nos volveremos a ver pero te por seguro que lo más
difícil de un hombre es encontrar el olvido cuando la maravilla se
descubre en su corazón...
Ella se sintió culpable y lloró amargamente porque también lo quería.
8 comentarios:
Muy lindo relato y muy sentidas tus palabras.
Te deseo todo lo mejor y una feliz semana!!
Interesante el relato que nos dejas.
Un saludo.
Los caminos del amor siempre son tan dispares
lo bueno siempre perdurará y florecerá en quien sabe donarse sin pedir nada a cambio...
Un buen relato.
Los seres humanos lo complicamos todo.
Un saludo
Las relaciones con pacientes están proscritas, pero has dado con una historia preciosa.
Por la razón, que no desmonte al corazón. Un abrazo grande, amigo
Lástima que no pudieran encontrarse. Un beso
Suele suceder la relacion paciente y que difícil es aceptar que no puede ser.... La chica volvió a estar sola... que triste. Saludos amigo Buscador.
Hola Buscador. Paso de prisa para informarte que mi blog se me quedó "mudo", (no podéis comentar), lo seguiré manteniendo y publicaré alguna cosilla, pero tendremos que hacer uno nuevo.
Gracias por seguirme, espero que lo sigas haciendo.
A cuidarse mucho.
Un abrazo.
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