Somos administradores temporarios de nuestra materia, en algún momento debemos partir, el llanto no ayuda al alma a despegar, pero hay culturas diferentes y personalidades diferentes. Ante el dolor de una pérdida tenemos que ser misericordiosos y elevar nuestras oraciones para que el alma regrese a su hogar .
Sí es motivo de gran alegría, que alguien amado llegue a los brazos de Dios. Lo que duele es la separación física. Sin embargo la conexión espiritual se mantiene, incluso haciéndose más estrecha la relación constante con ese ser amado, que cuando estaba su cuerpo. Si te contará la de veces que he sentido a mi padre junto a mí. Eso los que no creen, se lo pierden. Un beso de anís.
Llorar es humano ante la pérdida de un ser querido, pero eso no quita sentir ese alivio que nos da la fe de saber que ya goza de Dios. Gracias por tu visita Un gran abrazo
Vivida esa experiencia recientemente,y aún con la tristeza en mi corazón,realmente admiro ese poder de fé , alegría y esperanza. Y Dios me concede el don del llanto para limpiar el dolor a través de esa lluvia que purifica y da paz. Gracias por tu visita Saludos Gó
ResponderEliminarSomos administradores temporarios de nuestra materia, en algún momento debemos partir, el llanto no ayuda al alma a despegar, pero hay culturas diferentes y personalidades diferentes.
Ante el dolor de una pérdida tenemos que ser misericordiosos y elevar nuestras oraciones para que el alma regrese a su hogar .
Sí es motivo de gran alegría, que alguien amado llegue a los brazos de Dios.
ResponderEliminarLo que duele es la separación física. Sin embargo la conexión espiritual se mantiene, incluso haciéndose más estrecha la relación constante con ese ser amado, que cuando estaba su cuerpo. Si te contará la de veces que he sentido a mi padre junto a mí. Eso los que no creen, se lo pierden.
Un beso de anís.
Llorar es humano ante la pérdida de un ser querido, pero eso no quita sentir ese alivio que nos da la fe de saber que ya goza de Dios.
ResponderEliminarGracias por tu visita
Un gran abrazo
Dos, ya somos dos.
ResponderEliminarUn beso
me encanta como escribes y lo que ven tus ojos sientes
ResponderEliminargracias por dejar tus huellas en recomenzar
Vivida esa experiencia recientemente,y aún con la tristeza en mi corazón,realmente admiro ese poder de fé , alegría y esperanza.
ResponderEliminarY Dios me concede el don del llanto para limpiar el dolor a través de esa lluvia que purifica y da paz.
Gracias por tu visita
Saludos
Gó
Lo más valioso
ResponderEliminarel profundo sentido cristiano y de fe que se siente en esos momentos
sabedores que vamos hacia la verdadera existencia.