Le encantaba la poesía hasta desbordarla. Era mujer sensible hasta lo erógeno y amante del latir interior... Caminaba por la vida con besos de labios de carmín que por las aceras de su ciudad, no pasan desapercibidas ni la clase ni la distinción y, era en todo absolutamente ella...
Con un suspiro tomó valor
en los aseos de un museo.
Su mirada era una pintura
y el espejo,
su misma alma...
Qué bonito poema.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Bellísimo¡¡
te felicito por tus palabras por tu humildad y tus fuerzas un abrazo grande
ResponderEliminarQué bueno!!Cómo lo has expresado de bien!!
ResponderEliminarMe encantan los dos últimos versos .
Poeta!!
Besucos
Gó
Hola Buscador, después de un largo tiempo alejada de los blog, por una operación de columna, vuelvo a visitarte y quiero decirte, que lo breve si bueno, dos veces bueno y esto es lo que hace tu entrada.
ResponderEliminarHay muchas mujeres como la que describes...
Un abrazo con cariño
Ángeles