La originalidad tiene para mi su punto de admiración cuando no pretende ser perfecta. Buscar aquel sueño ideal en la vida, puede ser un sueño intragable. Nunca jamás en la vida podemos predecir aquello que esperamos que sea y nunca, la vida nos viene a medida: Nosotros somos los que nos tenemos que amoldar y abrirnos a lo inesperado.
Cuando era un adolescente, me encantaba la música de Supertramp y he de confesar que muy de vez en cuando sigo escuchando algún disco pero esa admiración incondicional desapareció por culpa de la perfección. En cada concierto sus notas eran perfectas desde que vieron la luz en un L.P. y ya no me ofrecían nada nuevo; cada nota era invariable y eso era cansino.Lo perfecto me da la mala espina de la poca originalidad de la sorpresa y de llevarme al huerto de esa forma que pretende ser tan limpia y clara pues, todo parece pensado para todo el mundo.
He vivido con la ilusión de la felicidad inculcada en infinidad de normas perfectas y también, en lo poco que valen sus consejos perfectos. En verdad creo que lo perfecto me da asco y... echo de menos a mi amiga Erin Sunako.
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