martes, 2 de noviembre de 2010
Hay muchas fronteras
A veces tengo la tentación de atravesar una frontera y pasarme al enemigo. Es fácil cometer ese error cuando se aprecia tanto a una persona. Una vez quise encontrar una palabra que definiera al amor y esa palabra es pureza. La amistad de alguien que muestra su corazón, resulta ser pura dinamita, por el motivo de quererla tanto que por momentos abusaría de placer, por atravesar la frontera de lo que marca la amistad para pasar a algo más. Una cancion dice: El amor es una enfermedad que se contagia con facilidad y por más que uno quiera perdura...Yo, sabedor de mis defectos y alguna de mis virtudes, me mantengo firme al respeto de mis amigos y valorar aquello donde a veces me veo reflejado. La mirada de mi amiga Maite, se desliza con la agilidad de un lince. En mi imaginación la siento reir y a veces, por penas que tenemos nos confesamos como amigos de siempre. Tiene tacto en sus manos y una mirada interior que se escapa de sus dedos. A veces me pregunto, lo ciega que está la mayoría por no apreciar la belleza, pero, eso es imposible de creer. El cariño tiene dos nombres:uno es Maite y el otro Teresa y quieran ustedes creerlo o no, son la misma persona...
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