sábado, 14 de enero de 2012

MOMENTOS DE NO SABER

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La incertidumbre ciega la mirada y hace sordos los oidos. Sucede que en esos casos estamos con nosotros mismos y lo que decidamos en soledad, se concretan o no, cosas importantes. Buscar una solución en la incertidumbre no tiene padrino que la apadrine y es justo que por ese momento, cuando tenemos conciencia en ser quienes somos, nuestros sentimientos se hagan sincéramente frágiles... Sin duda, la incertidumbre nos acompaña a diario con muchas dudas y pesares pero no la quisieramos en momentos decisivos por causarnos demasiado desasosiego...
El no saber que ocurre ni tener atino con la razón, me hace caer en la cuenta de lo frágiles que somos las personas. Pienso que la incertidumbre es motivo de riqueza personal al adivinar o razonar algo que no depende de nada ni de nadie; sólo de lo que nos sucede. Beber de la sabiduría no tiene motivo de incertidumbre pues a pesar de no encontrar una solución tangible, nuestro corazón se hace mas sabio al concluir con razones que no se esperaban...

Para Lola

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