La sensibilidad ahonda a veces en mi error. Justo cuando rectifico lo que para muchos es imperdonable. Una herida de la que brota sinceridad cuando el daño ya está hecho. Mis palabras son a veces cómplices de la mala razón; del desatino y la búsqueda del acierto. La libertad, se expande con la sin razón pero, rectificar es de sabios y con ello se aprende. La paciencia y la constancia, volver a caerse y repetir el intento...Dar una oportunidad a la voluntad de ser mejor. Mi esperanza en superar mis fallos.
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