martes, 4 de marzo de 2014

De a pie


Nacemos con dos máquinas fotográficas perfectas. La memoria fotográfica es un largo carrete con imágenes nítidas que son eternas; tan transparentes como una diapositiva. A lo largo del día, mi mirada dispara fotografías que conservo Dios sabe hasta cuando...Capto sobre todo a personas que se enredan con mis sentimientos y por ello, a pesar de no darles un título, las guardo en mi corazón. Desde ese punto de vista, todos somos unos artistas de la vida única que nos tocó pero, expresar nuestra mirada en otras miradas; conmover y remover los sentimientos, es cuando nos llega al alma.
A Muller y a tantos artistas que quizás no son conocidos...Tantos corazones que se expresan como aullidos del alma para dar fe de la realidad, eso, si que es difícil. El artista despierta nuestra imaginación de tal manera, que esa fotografía, es otra foto de nuestra memoria fotográfica.
Todo en esta vida se enlaza de alguna manera con la naturaleza o con otras personas y al final, solo queda el ser humano. El arte se expande y ni el más pintao se escapa...


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