Me desperté con un suspiro. Abracé la almohada y volví a cerrar los ojos. Era el primer día de primavera. Desnudo subí a la azotea y todo era luz. El frío me hacía temblar y el sonido de los pájaros no cesaba en mi atención. El horizonte esperaba de nuevo otro atardecer y con la mañana recién estrenada, me acerco poco a poco al mes de Abril...
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