Lleva varios días ingresado.
Mantiene sus constantes vitales.
Suero con antibiótico y demás cables...
Tiene un rostro demacrado y
ha perdido peso...
Voy a visitarlo al hospital.
Me mira con ojo inquieto
esperando mi reacción y
le pregunto:
Carlos. ¿Es que,
no has tenido tiempo para afeitarte?
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