lunes, 18 de mayo de 2015



Imagino que más de uno de nosotros recibió un flechazo alguna vez y, que fuimos correspondidos. Alguien sin nombre nos robó el corazón para la eternidad; justo cuando nos tropezanos con esa persona...A mi me sucedió en una excursión de instituto a Andorra. Nuestros autobuses se cruzaron casi rozándose con nuestras miradas y nos saludamos.
Era preciosa que sin apartarnos de la mirada, quizás ella aún me recuerde.


2 comentarios:

  1. Afortunados, vosotros. Si hubierais coincidido al bajar del autobús, si hubierais multiplicado por un millón vuestras miradas, ahora también os recordaríais. Desde los juzgados del desamor, probablemente.
    Esos amores de trenes fugaces resultan, y a cierta alturas es casi una certeza, los únicos verdaderos.
    Por cierto, en la época del Patxi, yo viajaba también en la línea 4 del metro. Creo que también conocí a María.
    Abrazos, siempre

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  2. Un instante,
    una mirada,
    un mundo,
    una vida....
    un precioso instante.

    una lluvia de besos

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