domingo, 6 de septiembre de 2015

Olor a tierra mojada


Llegan los dias menos calurosos amanazando con tormentas. Caen las primeras gotas del recogimiento, cuando la intimidad invita a pensar en cosas profundas que quizás se olviden...A mi casa llegan los días con carga de silencios; silencios de palabras al viento que puede que nadie escuche y, lenguaje del corazón para alimentar soledades...
Aparece el otoño con edad temprana. Estados de ánimo son cultivo para la intimidad; igual que lanzar una piedra al mar profundo e infinito; como intentando amarrar esas verdades pendientes que se escapan donde no llega la conciencia...Los sonidos de mi casa: la nevera, el crugir de un misterioso mueble, el viento que mueve una persiana o mi respiración...todo se hace mas cercano con sentimiento de soledad...La vida marca otra pauta más serena, como si vivir pusiera freno a los relojes en los momentos donde el silencio lo inunda todo.
Hace nada paseo por las calles solitarias con la gente de mi pueblo en sus casas llenas de ruidos de televisión o alzando la voz en un enfado. A mis pasos los escucho con disciplina y a lo lejos, algún perro ladra a un gato con llanto de niño y en la televisión del vecino, se escuchan carcajadas de esas ya pregrabadas...La temperatura es agradable con ambiente de humedad. Miro al cielo con relámpagos lejanos y murciélagos que apuran los mosquitos de las farolas...Nadie, no hay nadie en la calle y al doblar la esquina, me espera mi casa...




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