En un mar de desconsuelos se llena mi soledad... El corazón me reclama donde no hay nada, solo la angustia del mar bravío y yo, pobre de mí, navego sin timón desnudo de corazón...
Haber Hombre de Dios, a vestir ese corazón de riquezas de sabiduría y humanidad, pues un corazón desnudo es como un rosal sin rosas. Así que venga, echa un poco de sal y pimienta a ese nada, y a fuera la angustia. Creo que eres una persona muy sensible y eso es bueno, pero hay que vivir!!!!!
Ha sido un placer pasar a leerte. Un abrazo, mi gratitud y mi estima. Feliz semana.
Desnudo de corazón pero revestido del mar qué late de aquí y en la distancia.
ResponderEliminarGracias por tus generosos comentarios, siempre me transportan a tu tiempo y espacio, por lo menos virtualmente.
Saludos.
Haber Hombre de Dios, a vestir ese corazón de riquezas de sabiduría y humanidad, pues un corazón desnudo es como un rosal sin rosas.
ResponderEliminarAsí que venga, echa un poco de sal y pimienta a ese nada, y a fuera la angustia.
Creo que eres una persona muy sensible y eso es bueno, pero hay que vivir!!!!!
Ha sido un placer pasar a leerte.
Un abrazo, mi gratitud y mi estima.
Feliz semana.
Precioso poema, es muy bonito¡
ResponderEliminarBesos.
Dicen que tras la tempestad llega la calma y tras la noche más oscura llega la luz del día y nos inunda.
ResponderEliminarTras la aussencia llegará la presencia.
una lluvia de besos