jueves, 3 de diciembre de 2015
Neón y sombras
El mundo me cabe en la palma de la mano cual reflejo sensitivo de lo fríos que están mis dedos.
Mi sombra camina por esta avenida mojada y sombría; sombra de una ninfa que me acompaña por tener el alma ardiente mas yo, camino solo en recuerdos que se funden en sentimientos contradictorios con la moral... Ella, lejana y sola, se da al mundo y del mundo se llena cual hembra progenitora de calor humano..
Ahora mis pasos cansados de tanto vivir buscan un alivio en la sombra con esa oscuridad que está llena de soledades. Me advierte que no puede más al arrastrar por los suelos un anhelo de ese amor...
Paseo por la avenida plagada de luces de neón; con maniquies vestidos para la ocasión de Navidad y, me pierdo en lágrimas por ser sensible a esta sombra oscura y perdida en esquinas con olor a orín de perros, perros vagabundos que ahullan las soledades de la Luna que siempre, fué el anhelo de los amantes...
Fiel, siempre fiel, mi sombra se arrastra conmigo... Pero aquella ninfa en dar amor; mujer que se crió Dios sabe dónde por qué caúsas que le dan ese vivir; aquella mujer crecida en el asfalto justo donde va mi sombra conmigo ¿qué fué de ella? si el pasado hace nada comenzó...
Y vuelvo a mis recuerdos amenazantes que me exigen una calidad de vida mas yo, perdido en un mundo que me engulle cargado de soledades, prefiero este mi caminar que aunque cansino, se revela a lo moralmente correcto...Algún día, la vida me pasará facturas y la soledad, será esa compañía que me acecha a lo que queda de mi sombra...
Fuerte y duro relato el tuyo, Buscador. Nosotros, los compañeros inseparables de nuestra sombra. Eso es irreversible.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Fina
Yo no te veo como ninguna sombra.
ResponderEliminarBesos.
La sombra de uno es señal de que se está vivo. Los muertos no tienen sombra.
ResponderEliminarSe percibe algo de soledad pero nada del otro mundo, así que a seguir con esas malas compañías.
Saludos.