Sólo falta ese silencio que nos sustenta. Es, ese silencio que parece ausente de palabra y que llama al recuerdo tantas y tantas veces, que por venir de lo profundo, no lo identificamos con nuestra propia voz...Pasan los días con ruidos enmarañados de nuestro pensar y nos terminan por agotar; perdidos quizá en la angustia, quizá en el desvarío de no saber qué...De todo esto vamos aprendiendo para madurar en una especie de jungla donde la moda me da asco y el valor de lo personal, consiste en no tener un peso para esforzarse en ser un poco mejor...aunque duela...
Me han encantado tus palabras.
ResponderEliminarPero la mayoría de nuestros problemas, de nuestros pesares, vienen de no ser coherentes. De no obrar de acuerdo con nuestro corazón. Y es que no nos han enseñado a vivir así...
Qué importa lo que quieran los demás, si tú sabes lo que tú quieres... Quien te ame, te amará tal y como eres realmente. Si no... no merece la pena.
Un beso grande.
ResponderEliminara veces es necesario retirarse a tiempo de ciertos lugares donde nos sentimos, o nos hacen sentir mal.
Saludos, primera vez que te leo, me gustó.
mariarosa
Hay digestiones que son mejor no hacerlas o quizás sí. ¿Quién sabe?
ResponderEliminarAbrazote utópico, Irma.-
Hola, querido amigo!
ResponderEliminarUn texto muy profondo y interessante, como todo lo k tu escreves.
O silencio, por veces, es una reposta ou várias. Los dias passam y no vemos nada de nuevo, de profícuo, de valor.
Lo importante es tener bons coches, smartphones, ropa y calzado de marca, pero la mente es vazia. Pobre y rota moda.
Abrazo.