A causa de una manía, el reloj de las tendillas dirige mis pasos. La acera necesita un areglo, pienso...En mis pasos, recuerdo la película Mejor Imposible con Jack Nicholson que a zancadas estrafalarias camina por New York. Sonrío y me acuerdo de ti otra vez revolviendo el tiempo de las doce del medio día. Tengo ganas de tomarme un café en Aromas; comentar cosas que mas que nada, rompen la monotonía del día antes de seguir con el trabajo diario..y comienzan los acordes de las 12 del medio día y a cada acorde, un paso dentro de una losa de la acera...Me pierdo en mis pensamientos y en la precisión de mis pies. Sonrío recordando la película, recordándote a ti, `pendiente de esa mujer que se cruza conmigo y que me ve caminar de esa forma tan insólita. Los 12 acordes de guitarra terminan y unas palomas prenden su vuelo quién sabe a donde. Miro al cielo y te cuento con la imaginación cómo una nube se parece a tu rostro cuando sonreías aquel verano. Otra nube que se parece a un corazón atravesado por una flecha y mis pasos se vuelven normales, desaparece la manía que no tiene consistencia y antes de entrar en la Plaza de Emilio Luque, a la vuelta de la esquina de la calle Málaga, apareces tú como bordada en el tiempo.
jueves, 17 de enero de 2019
Al son de los acordes de un reloj
A causa de una manía, el reloj de las tendillas dirige mis pasos. La acera necesita un areglo, pienso...En mis pasos, recuerdo la película Mejor Imposible con Jack Nicholson que a zancadas estrafalarias camina por New York. Sonrío y me acuerdo de ti otra vez revolviendo el tiempo de las doce del medio día. Tengo ganas de tomarme un café en Aromas; comentar cosas que mas que nada, rompen la monotonía del día antes de seguir con el trabajo diario..y comienzan los acordes de las 12 del medio día y a cada acorde, un paso dentro de una losa de la acera...Me pierdo en mis pensamientos y en la precisión de mis pies. Sonrío recordando la película, recordándote a ti, `pendiente de esa mujer que se cruza conmigo y que me ve caminar de esa forma tan insólita. Los 12 acordes de guitarra terminan y unas palomas prenden su vuelo quién sabe a donde. Miro al cielo y te cuento con la imaginación cómo una nube se parece a tu rostro cuando sonreías aquel verano. Otra nube que se parece a un corazón atravesado por una flecha y mis pasos se vuelven normales, desaparece la manía que no tiene consistencia y antes de entrar en la Plaza de Emilio Luque, a la vuelta de la esquina de la calle Málaga, apareces tú como bordada en el tiempo.
Lo importante es que usted viva, que pueda caminar andando o a saltos, como los gorriones, eso es lo de menos, usted camina. El reloj no es nada, con él o sin él el sol reconoce el camino a recorrer y lo hace con total precisión... sin agujas ni campanadas que señalen las horas.
ResponderEliminarPuede soñar, ver en un cielo azul, una nube blanca que le recuerda a quien ama... camina, mira al cielo y gracias a Dios que no tropieza y se cae en la erosionada acera y hay que avisar al SAMUR y al final, como bordada en el tiempo, aparece la imagen soñada que no conoce de relojes ni de pasos perdIdos. Una mañana igual a otras muchas
Una historia muy bien hilada Buscador, mis felicitaciones.
Mi cariño con un abrazo
Me parece tan bonito el texto!!
ResponderEliminarMira las nubes y descubre todo lo que ellas te dibujan.A veces no nos imaginamos lo que pueden mostrarnos.Es una bella costumbre
Besucos amiguco
Gó
Excelente entrada amigo, da gusto leerte siempre ,saludos.
ResponderEliminarEl reloj marca el tiempo
ResponderEliminarlo que a veces queremos detener y o manejar
lo que no es posible ,claro...estamos a su merced
y mientras tanto deberíamos de preocuparnos de vivir la vida