De todo este suceso ha pasado casi un año. Todo lo que cuento es real y sucedió en París. Por motivos paranormales no puedo escuchar esa canción ya que mi lascivia aumente de igual forma que la Luna influye en el hombre lobo. Ahora en este hospital investigan mi caso. El doctor me ha pedido que lo escriba todo detallado; como terapia al ardor que siento cada vez que escucho la canción:
Soy un señor de Murcia. Me dedico a la exportación de tomates. He viajado a París para visitar a un comercial encargado de distribuir mi producto por la región norte de Francia. Llevo ya dos meses en casa de Ninette; una chica muy a la Francesa que no me deja salir de su piso colmándome de cariños...Me gustaría salir a la calle, tomar un café en algún lugar típico, comprar algún regalo. Mi amigo comercial me visita cada dos tardes en el piso de Ninette y antes de irse siempre me hace un guiño. Todos los días hago el amor con Ninette al compás de una canción que me da ernergías por la mañana y por la tarde pero, no me deja salir a la calle; dice que me perdería o que me asaltarían cuando menos lo espere...Hoy me ha llamado desde su trabajo con palabras francesas que no entiendo pero si soy sincero, Ninette es un volcán en erupción y me pide, eso sí, que todos los días le haga gazpacho de mi tierra. Me dice que llegará a casa entrada la noche; que la espere...
Por fín salgo a la calle. París en primavera es hermoso y ya saben ustedes que la primavera la sangre altera y yo, soy furia española. Algunas chicas no llevan sujetador en sus camisas translúcidas...Voy anodado por las calles de París; ciego de amor...De un portal sale una morena que me sobrepasa dos cuartas en altura. El amor inunda mis sentidos y con mucho disimulo la persigo por las calles de París. Se le cae algo al suelo dejando ver un tanga negro que sobresale de la falda. Es preciosa. Quiero acercarme y decirle bonjour madame je suis Manolo el tomatero, de Murcia capital pero, no me atrevo. Debería de haber dejado este traje de pana en el piso de Ninette y ponerme algo mas acorde con los tiempos...
La sigo con los pasos y con la mirada; experimentando una erección incontrolada cuando ella entra en una zapatería, yo también...Es una morena de bandera; con dos melones que hacen de Murcia una aldea de pimientos. Toma unos zapatos y se sienta en un banquete.¡¡ Dios mío que piernas tiene la moza!!: Pienso. En la música ambiente suena Je t'aime... moi non plus. Los colores me suben a la cabeza y ella me descubre la mirada ardiente. Se sube un poco más la falda y me mira con mirada lasciva. Se inclina y no lleva sujetador. Suena su móvil. Responde: ¿Aló? pero de seguido habla en Español ¡¡Dios mío!! si es una ESPAÑOLA en París.
La canción me pone más a tono y decido acercarme:
-Perdone señorita me llamo Manolo ¿ y usted?
-Yo me llamo Francisca y soy de Murcia. Que alegría encontrar a un Español en estas latitudes.
-¿La puedo invitar a un café?: Digo en tono de media vergüenza.
- Poqué no
Salimos de la zapatería como cogidos del brazo y al salir, nos encontramos con Ninette que viene en mi busca. Empuja a Francisca que cae al suelo enseñando el tanga y a mi me patalea las espinillas. La gente se agolpa a nuestro alrededor y yo no se qué hacer. Ninette grita que es la berdulera del barrio y Francisca grita que a mucha honra. Las dos se enzarzan tirándose de los pelos. En esto se presenta la policia que me pide explicaciones. Yo no se hablar francés. Me dan ganas de salir corriendo y Ninette me echa la culpa de todo...Me llevan detenido.
En el calabozo intento aclarar el atercado y nadie me entiende. Al lado de mi celda está una policía: la comisaria de aquel distrito. Me da un café y me mira con ojos dulces; casi cariñosos guiñándome un ojo. Por la radio suena otra vez la canción Je t'aime... moi non plus. Ahora soy un toro Miura y la comisaria entra en el calabozo y hacemos el amor. Pienso que esa canción francesa tiene poder sobre mí y la comisaria dice que es su canción favorita...hacemos el amor repetidas veces toda la noche: es una mujer insaciable y al amanecer pierdo la razón; ya me sé de memoria la canción y la canto como si fuera un poseso.
Me extraditan a España en una ambulancia donde el conductor también escucha por la radio la canción. Me suministran bromuro cada dos horas y me ingrasan en este hospital de Murcia; de donde jamás tendría que haber salido...
Esta es la historia de mi viaje a París. Ya no tengo ni huerta ni futuro. Una compañía de cine porno me dice que me haré rico y famoso con pasta en el bolsillo y yo, qué quieren que les diga...cada vez que quiero dormir, escucho en mi cabeza esa maldita canción y una floristería de la ciudad, como si fuera un suspiro de una mujer, me trae de vez en cuando un ramo de flores desde París...
Pues sí que le dió fuerte la Primavera al tal Manolo!!
ResponderEliminarSonrisa
Es que PArís dicen que tiene algo especial
Por cierto,esa canción tiene aprox.50 años
Aún me acuerdo cuando estaba prohibida en España.LA letra ,la música no
Besucos
Gó
Linda canción.....La historia genial......Manolo esta poseído por esa canción supongo, no se, pero la a pasado muy bien en París. Saludos Buscador.
ResponderEliminarDicen que París bien vale una misa, y a Manolo le ha costado un poco más, pero seguramente recordará por siempre, su viaje a la ciudad del amor
ResponderEliminarUn abrazo
De París vio poco pero lo que si hizo fue disfrutar de otra manera , Manolo no contaría muchas cosas cuando llegará a su ciudad pero seguro que tenía una relajación total , eso sí un poco más demacrado ajjaj.
ResponderEliminarUna bella canción que marco un hito en su tiempo y hoy años después lo sigue haciendo .
Un abrazo.
Desde luego, el viaje le cundió. Y seguro que perdió muchos kilos jajaja
ResponderEliminarY es que, hay canciones… que se apoderan de nuestros sentidos…
Muy buen relato. Lo he disfrutado mucho.
Bsoss, y feliz noche.
No solo esta poseido por la cancion, sino que las mujeres se pelean por él. Y hasta la comisaria entró en la celda,para investigar el caso, obviamente, con mjcha dedicacion.
ResponderEliminarBien contado.
Pues a ese ritmo en París, igual si le ponen los pollitos dicen...que de ahora en adelante le dolerá el alma tan sólo al escucharla...pero digo yo...No estará exagerando?..
ResponderEliminarBesosososos
Me parto de la risa , ¡cómo me he reído, jajajajaj!
ResponderEliminarSe me ocurre que mejor que mi protagonista no lea tu relato, porque el pobre con la decepción que tiene, no le hacía falta más que leer tu final, jajajajaja
Chico vaya fuerza, es que esa canción no deja indiferente a nadie, es un poco hipnótica.
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha encantado la historia...muy casual todo...jajaja...por cierto, un dato, el hospital más grande de Murcia se llama Virgen de la Arrixaca...¿adivina de dónde soy?
ResponderEliminarUn abrazo y muchas gracias por participar
Jolines con la cancioncita, si funciona mejor que el Biagra....Que arton de reir, pobre murciano. Muy bueno, besos.
ResponderEliminarParís, la canción, las mujeres, quizás todo en su conjunto vuelven a Manolo poseso. Quizás debería aceptar lo que le ofrecen, no lo sé, tal vez con tanta película sus deseos se colmen
ResponderEliminarUn abrazo, Buscador
Tu historia es el sueño de más de un enamoradizo soñador, jeje. Sorprendente ambientación la que logras. Un abrazo
ResponderEliminarCuando he leído que era de Murcia, me ha venido eso a la mente : Un señor de Murcia...
ResponderEliminarY digo yo, si es que a veces no se puede salir de casa, que la capital es muy grande y se nos escapa de las manos. Y es que ya se sabe, a la leña seca con una chispa prende llama...
Un beso enorme.
Hola Buscador, pues habría que comercializar esta canción con efectos sexuales, y así se evitarían tomar pastillas, siempre con efectos secundarios, pobre Manolo, lo mejor para su recuperación sería ponerle unos tapones en los oídos, pegados con silicona para que no pudiese escuchar la cancioncita y vivir como un españolito más.
ResponderEliminarSu historia es tragicomica, me ha encabtado como la ha ido hilando, es usted un excelente narrador además de poeta.
Un abrazo con cariño,
Bonito guiño a NInette y un señor de Murcia, la obra de teatro de Miguel Miura. Paris es la ciudad del amor y en ella todo es posible incluso las peleas de gatas luchando por aquello que creen que les pertenece. Me ha encantado tu historia.
ResponderEliminarUn abrazo.