Cuando nada hace su efecto, cosas como el dolor nos pueden. Cuando a veces estamos solos o nos sucede algo que puede con nuestras fuerzas, ella aparece en un soplo. La edad no supone un obstáculo para echarla en falta; hasta el moribundo te nombra antes de morir. Qué me diste de mamar para recordarte ahora en mi soledad; que cosas me unen a tí y me unirán cuando mueras si hasta cuando tengo pesadillas a mis 51 años, aún grito MAMÁ...
La madre no pierde el oficio con los años, como avalan hast los asesinos antes de morir.
ResponderEliminarUn abrazo y por las madres, siempre al pie del cañón
Una madre es insustituíble. Un beso
ResponderEliminarCreo que te dejé este comentario en la entrada de aniversario de mi madre
ResponderEliminarQUé tendrán cuando a cada momento decimos:Madre mia!!Y cuando si ocurre algo,las llamamos aunque ya no estén...
Bellísimo amiguco
Besucos
Gó
Me gusta lo que has escrito.
ResponderEliminarY si bien no recuerdo a la mía
murió cuando yo era muy chica.
La llevo siempre conmigo es parte de mí y mi vida
Ella es insustituible y por su semilla llegamos y aun estamos por esta parte encendidos...ya llegará la hora u el tiempo de volver a reencontrarse.
ResponderEliminarAbrazos.