domingo, 26 de enero de 2020

Políticamente incorrecto




Hace tres días me lo comunicaron y llevo dos meses esperando. Nunca maté a nadie. Me acusan por mis ideas políticas e intentar hacer un bién para mi pueblo. Ahora ya nada importa; ni mi nombre...Por las noches se escuchan los gritos más aterradores al fondo de la galería y es que alguien se volvió loco. Me dan de comer pero rechazo la comida infestada de inmundicias. Me he sumido en mi mundo interior y en mis recuerdos, en hablarle a Dios para hacer las paces por mir errores; en reflexionar sumiéndome en largos silencios llenos de frío y de miedo, en hablarle a mi padre muerto y a mi madre, a mi mujer y a mis hijos preocupado en qué les pasará...

Se escuchan pasos perdidos de botas, llaves que suenan en un llavero, palabras lejanas y hasta risas. El oído se afina si van a abrir mi celda, hasta escucho a alfiler que se cae al suelo con un sentimiento de frialdad. La gente grita por las calles porque ya no pueden vivir más así y se oyen disparos, petardos, coches blindados con las sirenas...y todo por mi, según dicen.

La gente se vuelve loca. No saben a qué atenerse o a qué los depara el futuro ya que sólo saben trabajar. El odio, la impotencia, todo es pánico cuando unos cuantos se enfrentan a la fuerzas públicas. A cuantas personas habrán arrebatado la vida protestando a cuantos inocentes. Una tarde salen de casa y los devuelven asesinados cuando la flor de la vida se les escapó en un grito o tirando una piedra...

Ahora estoy solo con mi conciencia. Volver atrás sería de cobardes para decir que estaba equivocado, que no quiero ser más político...que quiero ser más persona. Mi padre me pedía seguir con el negocio familiar pero mi corazón marchaba detrás de la política que con el tiempo uno se dá cuenta de la mierda donde está metido. A cuantos les he tapado sus robos o he hecho favores a sin verguenzas que me han hecho favores. Cuantas veces se me llenaba la boca de promesas en cada discurso lleno de gloria y al final, nada. La soledad, el extravío de mi gente y más injusticias.

Se abre la puerta de la celda y entra un sacerdote. Me tiro a sus pies y llorando le pregunto ¿¡¡Qué he hecho padre!!? ¿¡¡Qué he hecho!!?...





7 comentarios:

  1. Es verdad que la clase política, está en desprestigio, por una parte se lo ganaron a pulso.

    Buen relato.

    Besos.

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  2. Un texto donde dejas muestras de esas personas que por la lucha de ideales están en la cárcel, con o sin motivos..es una pena que la política corrompa al ser humano hasta rincones nefastos ..Un buen relato de protesta sin duda alguna.

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  3. Un texto que refleja la política actual y sálvese el que pueda.

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  4. Que razón tenía tu padre, habrías ganado más si hubiese seguidos sus pasos, espero que sean benevolente y la condena no sea muy dura y larga (lo digo para el personaje de tu relato) hace mucho que no pasaba a leerte, te deseo una feliz noche besos de flor.

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  5. Asi les pasa a algunos políticos, los corrompe el hambre de poder. Un gusto leerte amigo Buscador. Saludos

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  6. Bueno, optar por ser político puede ser una decisión tentadora, lo malo es que si luego se produce el empobrecimiento de la gente, algo de mala conciencia puede dejar.

    Un abrazo y porque los políticos sirvieran al pueblo y no la revés

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  7. En todo orden de cosa se sufre y cuanto más en un ideal así que se sabe a,muchos pierde por diferentes motivos...Quizás algunos sin necesidad de cárcel recapaciten de sus acciones, algo difícil, otros son peores.

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