miércoles, 19 de febrero de 2020
No profanarás la vida de los inocentes
De su pantalón colgaban las llaves de su casa y unos cascabeles que tenían un sonido muy particular...
Llevaba años en el paro y era pródigo en los bares del pueblo. Ya se sabía que era bebedor y que pisaba su casa al almuerzo y a la cena. Tenía la manía de hace sonar sus cascabeles como quién tiene otra manía sin importancia pero que casi toda la gente adivinaba su proximidad nada más escucharlo...No andaba sobrado de dinero. Su mujer echaba horas que eran las mismas que el echaba en el bar. Sus dos hijos trabajan y como es corriente, su poder de convicción se deslizaba como vive un vividor.
Como todos los meses, las personas mayores iban al banco para retirar su pensión. Entre ellos estaba Esperanza, una jubilada que antes fue maestra de escuela y que ahora necesitaba el dienro para reformas de la casa...
Hacían cola en el banco. El llevaba gafas de sol y el titineo de llavero. Contaba a distancia las cantidades que la gente retiraba. La cola iba avanzando y Esperanza retiró 2000 Euros. Una mujer con 80 años era fácil atracarla para llevarse el dinero sin mayor resistencia...
El aliento de un bebedor de anis y de coñac desde la temprana mañana, le hacían pensar con calma en cosas donde lo pendenciero y la locura del alcohol confabularían para quitarle a aquella vieja su dinero. Ella ya cobró y el hizo sonar de nuevo los cascabeles del llavero confirmando su decisión. Salió de la cola y la siguió en silencio.
Esperó el momento para arrebatarle el bolso; cuando llegara a la calle de Santa Teresa, pensaba. La mañana era fría y solitaria. Los cascabeles sonaban y el deseo rastrero infestaba su pensamiento con arrebatar los 2000 euros. El alcohol de la mañana le quitaba miedo; todo lo vía claro para dar el paso. Ella se sabía conocedora de aquellos cascabeles y sabía de a quién pertenecían pero el no lo sabía.
Al girar la esquina de Santa Teresa, de un golpe seco le arrebató el bolso. Los cascabeles sonaron aún más y Esperanza cayó al suelo. La cadera se le fracturó debido a la edad pero sabía quién le robó; un antiguo alumno suyo de EGB; un tipo con un llavero de cascabeles.
De regreso a casa le esperaba la Guardia Civil. El nego saber nada del asunto con la frescura y el enfado del inocente pero en el cuartel le mostraron su ensañamiento por el video de una cámara de un negocio. No salía su cara pero sí la vestimenta y aquel llavero de cascabeles que Esperanza denunció todo fué la determinación de la denuncia...pasaron unos días y Esperanza murió debido a la edad y la fractura de la cadera. Hasta en el banco se pudo ver cómo salía de la cola y la seguía.
Nos dejaste un buen relato que en esta ocasión las cámaras sirvieron para atrapar al ladrón y la agudeza de la pobre mujer ..Un fuerte abrazo y feliz noche.
ResponderEliminar¡Pobre mujer y magnífico relato!
ResponderEliminarLo ´leí doden Campirela y me gustó. Esa pobre señora mayor acaba muriendo por un tirón. El tipo, seguramente sin querer, y habiendo sido un alumno, produce la muerte de una mujer a quien no sólo no odiaba sino que, seguramente, recordaba con cariño.
ResponderEliminarUn abrazo
Terrible historia. Un beso
ResponderEliminarEs triste, me ha impactado el relato.
ResponderEliminarBesos.
Buen finde.