El vuelo de una mosca

Errante, el día se desliza con horas de silencio a un tic, tac. Los pensamientos enlazan recuerdos que son acordes con mi realidad y es entonces cuando más falta me hace ver esa luz. Salto en el tiempo gratuito de aquí para allá, de un lugar a otro hasta que me detengo en algo como quién persigue una mosca inquieta volando fuera del tiempo y a contracorriente... y me deleito, sonrío... me recreo y, me veo mucho mas joven que un suspiro. La imágenes se suceden con audio venido de aquellos tiempos lejanos. A cada detalle distingo a mis amigos de la calle Pedro Gómez, mi calle de toda la vida. La mirada se pierde ahora por lontananza; con esa lejanía que busca aquellas anecdotas que me hacen revivir cosas que son irreemplazables. Escribiría un libro y hasta dos para nunca acabar...

Me han sucedido las cosas mas extraordinarias, las más raras y las más insólitas. Todo ello forma un coctel que a veces es explosivo. Fueron y lo son años intensos plenos de aventuras. Los recuerdos se multiplican de forma atropellada; como queriendo salir en primera plana para dar vida a lo que ahora siento. No miento cuando aseguro que esta vida ha sido una aventura en toda regla. Hasta he procurado que así lo sea y el resultado de todo esto y aquello, se traduce a una amalgama de vivencias que como buén hijo de padre, nunca jamás renegaré...aunque me excomulguen.