miércoles, 29 de julio de 2020
Laberintos de pasión
Te conocí en mi hotel; una noche plena de encanto y conversación de chat...El día fué agotador con mi mujer y mis hijos pero al día siguiente, nos esperaba el parque de atracciones Disney para volverme la cabeza loca. Aquella tarde tocaba piscina de hotel. Mi mujer me dió permiso para retirarme en mi descanso pues el chofer y supuesto director de las vacaciones, era yo.
Termíno de responder correos, envío mensajes y llamo a la empresa. Todo está correcto y ya son casi las 9 de la noche. Recuerdo que a las 9 de la noche del día anterior te conocí en un chat de mas de 50. Sonrío con aquellos recuerdos que son recuerdos de palabras y de íntimas confesiones que no van a ninguna parte...Me decías que siempre entrabas y aquella noche donde mi mujer estaba tan atareada con nuestros hijos además de no esperarme para cenar, entro en el chat.
No bastó ni un minuto para reconocerte. Te llamabas "MónicaSchweppes" y yo era "Melonero_en_Paro". Como por arte de magia, el tiempo pasaba pasando entre risas y confidencias.
Yo estaba en Paris y tu en un pueblo de Málaga con tu madre. El tiempo seguía y seguía contando con intimidad, nuestra conversación se hacía cada vez más interesante cuando yo ya necesitaba tenerte en nuestro segundo encuentro...y pasaban las horas, las risas, las emociones, el roce de nuestros corazones; el saber que sin conocerte en persona, conocí en mi corazón la identidad del alma gemela y esa eras tú.
Llegaron las 5 de la madrugada. Nos despedimos sin querernos despedir. Un regusto de bienestar me llevó a mi cama de hotel hasta que desperté tres horas mas tarde para llevar a mi familia a Disney...
Esa mañana la pasé pensando en tí. Mi mujer me preguntaba que de qué sonreía; que aprecía un estúpido y yo le decía que me sentía feliz...
Tomamos unos refrescos y yo me pedí una tónica Schweppes...Charo, que así se llama mi mujer, se encaprichó con entrar en el laberinto de los espejos y mi rostro se hacía en miles de imágenes como las de mi mujer. Allí todo era mentira; hasta las sonrisas y los abrazos de cariño...Llegamos al centro del laberinto y me ví de frente serio, infeliz y con Mónica en mi cabeza que no se me iba.
El amor hacia mi mujer desapareció. Mis charlas con Mónica se hacían más intensas al borde de la madrugada y mi imagen en el laberinto de los espejos no se me iba de la cabeza. Llegamos a Madrid. Concedí un tiempo por si mi atracción hacia Charo volvía pero hacer el amor con ella era algo insufrible y Mónica me esperaba cada noche como si fuera un imán para el corazón...y mi mirada en aquel laberinto sólo me llevaba hacia ella y me alejaba cada vez más de mi mujer...
Rompimos en septiembre y no nos dejaban salir otra vez de casa hasta nueva orden...Desde entonces solo hablo con Mónica en Skype...
Cuidado con esos amores por internet. Saludos
ResponderEliminarEl amor nunca se sabe dónde se encuentra , lo importante es que sea por el lugar que sea nunca se jueguen con los sentimientos de las personas ..
ResponderEliminarUn abrazo amigo .
Todos conocemos algún caso parecido en amigos y conocidos.
ResponderEliminarUn saludo.
Mucho hielo para esa tónica, a cuidarse mucho y bien.
ResponderEliminarAbrazote utópico.-
Pues hay laberintos de pasión, así, sin buscar, sin decidir del todo si-perderse o no por sus senderos, y uno acaba confuso, pero a veces, triunfador de la rutina.
ResponderEliminarUn abrazo, y por París.
Laberintos de pasión donde hasta la razón se puede perder, esos amores de Internet aveces hacen daño al ama.... Saludos amigo Buscador.
ResponderEliminarMe parece terrible la historia y muy real. Un beso
ResponderEliminarmuy buen relato... pero se presume un final extra y feliz...
ResponderEliminarte faltó poner el cartelito de "basado en hechos reales" ja... saludos master
Alargar lo que está terminado al final nos pasa factura.
ResponderEliminarAlmas gemelas ... Plenitud
Beso, Buscador
Bueno eso ocurre en estos tiempos, el ser humano pierde el norte ...y después se queja...
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