La locura tiene el pecado de quién la padece por ser inocente

 

 

 

Cada locura es un pecado; según dice la biblia y además estoy de acuerdo. Quién esté libre de pecado que tire la primera piedra también lo dijo Jesus. A una persona enferma la han apartado, no la han escuchado, no la han comprendido y pienso muchas veces que si el individuo que las tacha, no estará también enfermo. Juzgar a un enfermo mental es fácil, darle la medicina y el apoyo psicológico que necesita, ya es más complicado. Yo particularmente pienso que todos estamos locos de una manera u otra pero claro, nuestras locuras tienen perdón con misericordia pero las de "esa chica o ese chico que hace cosas tan raras," ni hablar. Acusamos al enfermo mental sin comprenderlo pues no alcanzamos a nuestra razón que las cosas que hace, tienen una lógica de enfermedad. Conozco muchos enfermos mentales y están psicópatas que tienen el placer de hacer daño. Esa malaleche es conocida por muchos de nosotros. Son inteligentes, fríos, calculadores, hablan de cosas razonables pero a mi juicio, son unos criminales...Pero está el enfermo mental al que la salud le priva a su razón y hace cosas que no son como los psicópatas, sólo están enfermos y si estuviesen sanos, ni se les pasaría por la cabeza hacer esas atrocidades cometidas.

A veces pienso si nos pusieran la cabeza del reves como a un calcetín; que todo el mundo pudiera ver nuestra interioridad y nuestros pensamientos más íntimos. Creo que sería un escándalo para todo el mundo que nos conoce, nuestra vida cotidiana es la punta de un iceber que oculta la realidad de nuestro interior. Los animales no tienen conciencia y se muestran naturales tal como són pero las personas nos escondemos por pudor, por veguenza para marginar nuestros propios pensamientos.

Si salieran a la luz todos los enfermos mentales que hay en España y en el mundo entero, alucinaríamos pero claro, quién se destaca en la locura, ya sabe que tiene un pecado y un estigma. Casi nadie acude al médico para confesarse porque salir de su boca lo que piensa, sería un escándalo.
 

Hay quién se cura y hay quién recae; como si fuera una pierna que se rompe, se cura y vuelve a romperse. Yo no soy juez de nadie ni tiro la primera piedra pero sí tengo misericordia para las personas que pierden su salud.