El dulce sabor de lo cotidiano

 

 

 

 La felicidad se desliza ante aquello que sentimos y además, pensamos. Nos acompaña en nuestro caminar con cosas simples a las que mucha gente, las calificaría como tontas pero que ayudan a vivir de una forma agradable. Un sentimiento especial no nos deja nunca. La magia nace desde lo profundo y nuestro corazón se impregna de algo noble...Podemos tener desengaños o desencuentros, dias marrones o momentos agrios pero, como el sol despues de la lluvia, la felicidad vuelve a florecer. No es nada fantástico lo que cuento porque yo lo vivo así. Lo cotidiano se perfuma con nuestra manera de vivir. La sensibilidad camina a mi lado como si fuera un perro fiel y muchas veces me pregunto si me dejará...Podemos llorar con desgarro, podemos reir hasta desternillarnos pero cuando todo se calma, la felicidad nos espera para tomar con ella un café con pastas. Sin duda, ser feliz es amar en silencio o soledad, con ruido o compañía.