Nada hay en mi vida nada más silencioso que la música. Mi mundo interior se nutre de ella y me transporta al pasado o al futuro, a personas o a lugares recónditos...La sensibilidad es un arma de silencios profundos como es el amor. Si me refugio en cada melodía, mi mirada se pierde llenando mis palabras  ausentes y es entonces cuando un músico araña mi corazón...En ocasiones que he llorado y otras he reído. Quizás el jazz tiene ahora toda mi ocupación pero cuando escucho radio al conducir mi coche, hay emisoras con temas de los años 80 que me alegran la vida. Sin duda, la mejor amiga del alma sea del tiempo que sea, es la música...forever...