Pasan los días en casa; unos bien otros regular. Mi habitación da a la calle y hay noche que no puedo dormir. La vida se me escapa detrás de la mirada; me pierdo en mis pensamientos de día y de noche pero, últimamente prefiero la noche. Estoy cerca de una ventana que da al parque. Mi pueblo respira silencios y el reloj del salón se escucha en mi habitación. Tengo un timbre por si me pasa algo llamar a mi madre...ya ven ustedes con 36 años para depender de otra persona. Me voy quedando sola. Mis amigas ya se casaron una detrás de otra y yo me he enamorado tres veces en mi vida de hombres que me dieron calor y amistad y tonta de mi que pensé que era otra cosa...Esto de las amistades con hombres lo llevo mal porque al final me acaban gustando y la que sufre soy yo. Prefiero el silencio de la noche para navegar por mi interior. La noche es mágica. A veces veo una estrella fugaz y pido un deseo como una ilusión que se pierde en mi memoria. Alguna vez mi gata me habla; me pide que la deje salir a la calle por mi ventana y una vez vino preñada; mi madre me lo tiene prohibido pero no le hago caso. Dejo la ventana abierta para que vuelva a entrar y siento bondad y envidia cuando mi gata busca otros gatos. La radio me habla por los auriculares de cosas que no sabía porque de noche, todo es distinto; cambia el sentido de las cosas hasta que llega el amanecer. Me encantan los olores de la mañana, los sonidos de los pájaros que se despiertan antes que el sol y ese aroma a churros de mi infancia. Me siento la reina de la noche y del silencio. Dentro de nada mi madre despertará y yo dormiré. El día me agobia y hasta me amarga porque lo cotidiano ya me está sobrando; me sobra todo y todo me estorba. A veces lloro cuando me pongo romántica o algo toca mi sensibilidad..,Pasan los días, las noches con sus meses y sus años. Mi trasero está cuadrado y mis piernas no me sirven...Sin embargo la noche me da calma; no necesito nada más. Una noche sentí en mi corazón algo maravilloso que me hizo ser feliz. Desde entonces soy la reina de la noche...
Qué buen relato, marca mucho la vida de muchas mujeres y hombres tan bien, la soledad una veces querida y otras impuestas da a la noche otra magnitud. Un abrazo.
ResponderEliminarUno tiende a pensar en la reina de la noche, como una bailarina que llama la atención, o una comensal agasajada, o mujeres similares.
ResponderEliminarBuen relato.
Abrazos
La mente no tiene limitaciones. La protagonista crea su mundo mágico donde reina y donde no tiene ningún impedimento físico para moverse. Es dueña de la noche y de sus sueños, ya de día, a dormir para que pase pronto.
ResponderEliminarGran historia
Besos.
Esa mujer de la noche. con su soledda y la madre, la gata y la ventana. Un texto exquisito y poético.
ResponderEliminarMe gustó muchísimo. Un abrazo, amigo