Esta película me da angustia. El cine es un cementerio de gentes
inanimadas pendientes de la pantalla. Los actores sufren de un virus que
los transforma en seres sin movilidad; como el rigor mortis de los
muertos. Si se escucha toser en la sala o estornudar todo el mundo coge
mosqueo porque el Covid aun persiste y hoy es el primer día después del confinamiento. Llevo una mascarilla nueva y otra de repuesto por si acaso. Hay una gorda que está sentada dos bancos más allá de mi asiento y le huelen las axilas de no bañarse (posible portadora de virus) y otro tipo de al lado está encogido en su asiento y con el cuello de la camisa se tapa el cuello...La cosa es que la película da mucho qué pensar sobre los virus y me pongo nervioso pensando que en el cine olvidaron poner la ventilación...
Los actores se van quedando pétreos uno detrás de otro y el virus campa a sus anchas por el mundo entero. Respiro con mucho cuidado; como si mi nariz tuviera un filtro antivirus. En un silencio de la película, un gracioso espectador se tira un pedo sonoro y la gente murmura. Una chica saca un espray de su bolso para perfumar el ambiente pues la sala es de reducido tamaño. La película sigue su curso y estoy arrepentido de haber salido de casa. El mundo se va quedando solo. Los virus atraviesan las paredes de los edificios y el único científico que encuentra una vacuna, muere tan tieso como un maniquí. Llevo una hora y pico sufriendo con esta película y con los espectadores. Me dan ganas de orinar, de estornudar, de toser, de sonarme la nariz, siento ahogo y de una paranoia, creo que tengo el virus. Voy a estornudar y con dos dedos cierro la nariz para no hacer ruido pero se me escapa un pedo y algo de orina. La gorda me mira descaradamente y el otro se sienta mas lejos de mi. El acomodador me apunta con la linterna y yo no me puedo mover del sitio. Le digo casi en silencio que el primero se lo tiró otro espectador...Otro murmullo se hace en la sala y pasados tres minutos, la película termina con suspense...
Se encienden las luces y la gente me mira. Todos llevan mascarilla y la mirada fija hacia mi persona. Sudo y bajo la mirada mientras me levanto a paso cómico; saliendo de la sala a toda prisa. Un agente me para y me pide documentación. ¿Ha visto usted la que ha formado?-me dice- y yo, que me estoy meando y cagando ahora, me despierto en mi cama mientras mi mujer me da palmaditas en la mejilla para volver a la realidad y me dice: A este paso me vas a poner rubia...
Buscador, gracias por visitar mi blog.
ResponderEliminarMenos mal que fue una pesadilla y te despertaron a tiempo antes que te ensucie, llego a despertarte a tiempo.
Me gusto tu relato.
Abrazos y te dejo un beso
Vaya sueño, si lo era. Hay pelis de virus, y lo que fue una pandemia real, tal vez se mezclaron las dos cosas :-)
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, amigo.
¡Hola! Parece la pandemia otra vez...bueno al menos se quedó en pesadilla. Un abrazo ❤️
ResponderEliminarPosdata: te sigo y dejo mi blog por si te quieres pasar: http://aborboletaturquesa.blogspot.com/
Es posible que esa famosa pandemia haya dejado pesadillas.
ResponderEliminarPor suerte ella fue muy oportuna, interrumpiendo la pesadilla con una palmadita. Me vas a poner rubia. No conocía esa expresión.
Saludos.
Con sueños como esos, ¿quién necesita la realidad?
ResponderEliminarSaludos,
J.
Querido amigo, te deseo un precioso día, se feliz.
ResponderEliminarAbrazos y te dejo un besito
Buscador, gracias por tus bellas palabras en mi blog, escribes muy bello.
ResponderEliminarAbrazos y besos mi querido amigo
Excelente, tu relato.
ResponderEliminarHay veces en las que la realidad se vuelve peligrosamente similar a nuestras pesadillas.