martes, 24 de agosto de 2010

Pensando de corrido

De vez en cuando leo un texto de Maimónides. En el, le pide a Diós ser moderado en todo menos en su amor por la ciencia,el arte y todas las criaturas. En verdad que son palabras de hombre sabio pero me da que pensar en mí y en muchísima gente; de tantos excesos que cometemos y de lo lejos que veo ese equilibrio. Mi amigo Gregorio me dice que en esta vida lo fundamental es estar en paz con uno mismo y eso lo veo más cercano aún que la moderación...por lo menos en mi caso.
A veces los sentimientos que provocan tentaciones en el sexo, el alcohol o cualquier otra droga, en el juego, en mentir, en robar y en otras cosas que infectan el corazón parece que forman un enorme gigante difícil de domar. La enfermedad del alma está a la ordén del día y sentirse perdido no es poco frecuente. Imagino que todo en esta vida tiene un límite y a cada cual el suyo. Pienso que nuestra existencia es un tren que no para porque su movimiento es el tiempo y en cada mundo interior puede ocurrir las cosas más maravillosas y las desgracias más desgarradoras.
Como dice una canción: " Esta vida es un ejercicio de gozo y de dolor ". Pienso en aquella persona que sólo busca sexo porque no lo puede evitar y no quiere tener una pareja estable porque no puede mantener una fidelidad, en otra persona que no puede dejar de beber cuando se toma una copa o, aquella otra que tiene un deseo inmenso por gastar su dinero en el juego. Pienso en los celos de pareja, en el violador, en el asesino y en tantísimas tentaciones que se hacen realidad en esta vida...
Recuerdo a demasiada gente que por exceso ya no están con nosotros y que si hubieran tenido más suerte en su vida, esta vida sería un poco menos canalla...

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