El músico de jazz agradecía los aplausos y la gente no paraba de pedir otro tema. El artista debería de rondar los 50 años y se emocionaba con facilidad cuando apreciaban su arte. Se llamaba Michel. Para terminar, quiso interpretar el tema que tanto le pedían (Bésame mucho) en honor a una versión de Michel Petrucciani. Mercedes le dijo que adoraba aquel tema y que lo que más deseaba en este mundo era bailarlo abrazada a un hombre de verdad - ¿Quieres bailar? - le dijo- y Paolo dijo que sí.
A brazada a su pecho Mercedes quiso contarle su vida pero Paolo no quiso escucharla.-¿Tu quieres escuchar la mía?... le dijo- y Mercedes dijo que no-. Pasaban las horas al compás de un jazz romántico como corazones abrazados a la nada.
El reloj daba las siete menos cuarto y ya lo esperaban. El sol volvía a nacer en el horizonte y el mar, lo llamaba para desembarcar en otro puerto, en otra ciudad. Mercedes le pidió un beso antes de partir, fue justo entonces cuando Paolo le dijo que no...
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