sábado, 11 de agosto de 2012
El color de las cosas
Me rio y lloro por recordar toda esa maraña de pensamientos que llenaban mi corazón. Mi época existencialista se plagaba de preguntas sin respuesta. A veces caía por un pozo sin fondo y me angustiaba tanto la caida, que corría peligro mi salud mental. Mi recuerdo son espejos de imágenes perdidas; imágenes de memoria emocional y lucha por querer vivir sin lastrar cadenas. Es tal la riqueza del espíritu, que mi camino se adorna ahora de todas esas cosas que un día no les di la importancia de hoy. Recuerdo recuerdos de recuerdos, de fantasmas que sentía reales en mi cabeza por tejer telarañas de dudas y más dudas. Los problemas crecían como la mala hierba llevándome por caminos inciertos, de complejos y frustraciones, de aprender del dolor hasta que un día de mayor hicimos las paces. De aquella juventud conservo este escrito. Por aquella época debía de tener unos 16 años...:
"Suspiro entre el fantasma que me rodea y solo me defiendo cuando todo mi ser se enciende en cólera. Trascurre mi vida en un laberinto dando vueltas siempre al mismo lugar. No soy consciente de la existencia que me pierdo tan solo quiero aferrarme a lo que dispongo en este momento que es poca cosa....¿Qué es la vida? Me pregunto una y otra vez. ¿Por qué estamos aquí? ¿Porqué debo de tener Fé en algo que no sé si existe? Sé que algún propósito me depara el futuro, pero aun no entiendo el porqué de mi existir…Son tantas las cosas que pueblan mi corazón, es tán amargo mi vivir..."
Uno, dos, tres, cuatro… cerraba los ojos concentrándome contando hasta diez y volvía a repetir.
Una tarde, fui hasta la esquina a comprar unas galletas. Cruce la carretera y para mi sorpresa una luz me hizo que parara. Ahí en medio del asfalto estaba yo, dispuesto a dejar que mi cuerpo se lo llevara dios sin ser consciente que mi propósito no era ese…Muchas veces mis actos tenían una mala conciencia o, quizás, sí, no lo se. Mi realidad se disfrazaba y la vida pasaba en medio de la sin razón y el peligro porque lo real y lo irreal se camuflaban al borde de la locura. La psicosis de soñar despierto cosas irreales y la lucha por alcanzar la decencia de vivir me llevó al diván de un psicoanalista...
Todo se debía a mi tremenda sensibilidad, a ser un superdotado en un mundo donde reina el fracaso...Tengo dolor por ver la imagen de aquel joven. A veces toco fondo por preocupaciones y angustias que son de la gente mayor. Entro en tierra que antes desconocía pero, mi fuerza me impulsa como lo hace un reactor en un cohete pero, aquella imagen, esa que guardo en una edad tan temprana, me duele por sentir la fragilidad que tantas personas tienen en este mundo...y la desgracia de no merecerlo...
Susana y Buscador.
Madre mia... hacia tanto que no me pasaba por aqui... que este barullo de recuerdos sentidos de antaño ... me han emocionado.
ResponderEliminarEs bello volver a la que siempre fue mi casa, a la tuya Buscador.
Besos y feliz verano.