Érase una vez, una mujer preciosa y sensible a la vida; enamorada
del mundo que la rodeaba. Se entregaba inocentemente a los cuentos, a
las sonrisas, la poesía, la música y al amor que tristemente, éste se
escapaba de entre los dedos de su corazón; realmente, tenía una belleza
que para otros ojos que no fueran sensibles al igual que ella, pasaba
desapercibida...Sus sueños eran siempre románticos y a veces tristes
también por desamor. Escribía ausencias, noches de insonnio, soledades
amargas y sobre todo, los besos que nunca jamás se dieron...Pero la
amaba mucha gente sensible como ella por formar un mundo que por la pena
de la distancia, todos eran desconocidos entre sí...Pasaban los días, las semanas, los meses,las horas sin sabor y los minutos intensos donde la pasión se perdía en lágrimas de desamor....
Llegaba
la primavera tan esperada con sus claveles en los balcones y las rosas
de rojo pasión; fresas jugosas que se deshacían en la boca dejando el
sabor más delicado y, fresita se hacía llamar ella. Nadie en el mundo a
lo largo y lo ancho se conoció una mujer sin igual. Todo lo de ella era
compartido con cariño y atenciones derrochadas sin mas precio que el de
una sonrisa...Sin embargo la querían hombres desconocidos hasta el punto
de amarla profundamente y ella, ausente de todo, vivía en su inocencia
de sueños cual niña perdida que busca el amor.
A punto
estaba de comenzar la primavera; todo un expectáculo para la vida y los
sentidos...Las golondrínas ya llegaron de tierras lejanas anunciando la
alegría de la vida y su corazón volaba en sangre jovial por esperar lo
que tanto esperaba: EL AMOR. Una tarde de principios de primavera,
paseaba por un parque lleno de niños. El sol brillaba como diamante en
sus ojos y a lo lejos, vió un hombre que le dió un vuelco el corazón.
Tenía la corazonada de conocerlo sin haberlo visto antes, quizás en una
fotografía. Aquel hombre se le acercó hasta que su sombra la cubrío...
- Hola fresita.¿Me conoces?
_Vengo del sur por tí, lejos de la ciudad y sus agobios...
-¿Quién eres?....le preguntó con un asombro de miedo.
_Soy aquel que siempre busca y pocas veces encuentra. El escribidor de poesías y de cuentos compartidos por tí.
-¡Tú eres buscador!
_El mismo.
Le tendió la mano para que el la cogiera; suave al tacto y llena de sentimientos.
El sol se perdía por el horizonte y cerrando los ojos con un beso, la noche les cubrió como la más embriagadora de todas las pasiones...
El sol se perdía por el horizonte y cerrando los ojos con un beso, la noche les cubrió como la más embriagadora de todas las pasiones...
Un día escribí algo así como: eres lejano, incorpóreo, halcón planeando en vuelo, nunca sabré si fuiste verdad o te creé en mis locos sueños...
ResponderEliminarHas contado una hermosa relación de palabras que pocas ocasiones se da en tiempo y espacio, pero acompañan pequeños vacíos de nuestras ordenadas vidas.
Si fue asi el final de esta historia ¿por qué no creer en los milagros?
Un abrazo afectuoso
De tu pluma surgen bellos cuentos, tiernos, dulces, preciosos.
ResponderEliminarEs un gran placer leer tus preciosas letras.
una lluvia de besos
Pasé a saludar! Fue un gusto visitar tu espacio.
ResponderEliminarYeli❤
Vaya, parece que, por esta vez, buscador ha encontrado...
ResponderEliminarAunque no deberías olvidar que a fresita el mor se le escapa por entre los dedos del corazón.
Abrazos, siempre
Has escrito un precioso texto donde brota la poesía y el amor.
ResponderEliminarSi realmente fue así ese final... Mi enhorabuena; Buscador te mereces ser feliz como ser humano que eres y buen escribidor.
Ha sido un inmenso placer pasar a leerte.
Te dejo mi gratitud y mi estima.
Un beso y se muy muy feliz.