viernes, 30 de diciembre de 2016
Imposible rectificar
Alberto quiso cambiar su presente. La hechadora de cartas se puso las manos en la cabeza y como un cuento le relató:
Érase una vez el destino que te volvió a buscar por una deuda...
Pasaron años y años cuando tu mismo en el pasado, diste un giro a tu vida y en todo lo que acontecía pues el futuro cambió en un instante; ya se divisaba un devenir diferente...pero aun así tu destino te esperaba y te buscó.
Pidiendo vehemente por tu error, ya cambiaste el pasado ¿puedes volverlo a cambiar?. La vida teje redes enmarañadas; tuviste oportunidad en rectificar y lo hiciste a tu antojo. Necesitas y pides perdón por volver a cambiar el futuro que ahora es tu presente donde todo, se te viene ahora en contra...de rodillas quieres rectificar lo que ya no puedes rehacer y piensas en tu pasado...2017 llega pisando fuerte y tú que hace años cambiaste el presente, procuraste un futuro en que nada sea arrepentimientos porque a todos nos pesaran a la larga...las convenencias a la larga crea humildad y la humildad, decide si todo tiene solución o no...Hazte cargo porque quién asume su destino, cumple con el presente...
jueves, 29 de diciembre de 2016
miércoles, 28 de diciembre de 2016
La muerte también visita en Navidad
El placer de llenar sus pulmones
con plenitud de vida;
gozándose profúndamente
y de seguido,
dejar esta vida
en un suspiro
para morir en PAZ...
El día de Navidad estábamos todos con mi padre en el hospital; acababa de ingresar junto a otro hombre que respiraba fatigósamente. Ese día fue el principio de su final durante unos meses de idas y venidas constantes; de cuidados y preocupaciones en que la sanidad pública dejó mucho qué desear.
Esta Nochebuena no pude evitar emocionarme en la cena. Nadie dijo nada y me dejaron llorar cuando el más entero que se mostraba después de su muerte, era yo.
Si a mi padre le hubieran dado los cuidados necesarios, si tuvieramos unos políticos incorruptos...
lunes, 26 de diciembre de 2016
De regreso
22.15
Este día ha sido de dar un paseo. He recorrido con mi memoria gentes y lugares que conocí. Me he visto con 20 años en aquella mirada que por magia de la fotografía aún tiene 20 años...Recuerdo de mis recuerdos que se enlazan con los de ahora y de los que tendré si no enfermo de memoria. Me he mirado al espejo con la indulgencia de aceptar la realidad que me ha tocado y con la gratitud de mi corazón, me he aceptado. Me he emocionado porque sigo siendo sensible a pesar de los pesares y me he prometido seguir siendo el mismo muy a pesar de los acontecimientos que me deparan
La película de mi vida tiene tempestades y momentos de gloria; recuerdos de mi vida interior, de mis amigos, de mi familia y de las mujeres que amé... Con densidad los sentimientos se hacen espesos con su peso y el peso de mis lágrimas. Sin esconderme de nadie, ni de la verguenza siquiera, he llorado a mi pasado, a mi presente y a lo que vendrá. A fuerza de voluntad soy quién soy pues con un mínimo de valor la mirada de mi espejo está casi siempre está de acuerdo conmigo...
Siempre viví en la misma calle y hasta nací en ella. Se fué transformando poco a poco y también muchos vecinos que fallecieron así como vinieron nuevas gentes con las que me saludo. De todo lo antiguo, queda una casa, la de mi amigo Luis; pobre como la que más pero que siempre estuvo llena de vida por su familia. Con emoción recorro a gentes de Rute, de Córdoba, de Cabra y de tantos sitios que he frecuentado gracias a mi trabajo. Todo ello forma un conglomerado del sentir que cuando se unen esas redes enmarañadas, afloran en lágrimas.
Hace nada aún había claridad, pasaba algún coche o se escuchaba algún vecino. La noche de mi calle se inunda de silencios que en estas fechas son intimidad con recogimiento para todo aquel que siente la Navidad.
Ahora tenemos vagabundos en este pueblo. Uno va como ausente extendiéndo la mano cuando te cruzas con el y escondiendo su pasado porque podría estar mejor y no quiso estarlo; escuálido y lleno de frío por la enfermedad mental. También tenemos otro por verguenza de las drogas. Va vociferando o cantando día y noche y en cada estación. Hay quién lo quiere ayudar pero al parecer tiene vocación de vagabundo, así que sigue sigue y sigue hasta que le pase alguna cosa...
Siempre vuelve la soledad a esta casa. La siento como amiga igual que el frío de esos vagabundos que si no te haces amigo de el, te mata. Poco a poco me retiro. La madrugada me espera a las 7 y el trabajo no espera a nadie...
Buenas noches y sueñen con ustedes mismos pero, si les toca llorar, háganlo.
23.04
sábado, 24 de diciembre de 2016
Cuento de Navidad 2016
Pepe Ramírez
Todos
los años escribo un cuento de navidad para felicitar a mis amigos y
familiares. Este año he estado un poco ocupado y ahora que me pongo
a escribir no estoy inspirado. Así es que tiraré de mi mochila. La
registro, meto la mano hasta el fondo y encuentro muchos pequeños
cofres. Saco uno al azar. Es un recuerdo.
Un hombre con gafas de
pasta, redondas, con cristales que le agrandaban los ojos, recogió
algo de comida, la envolvió con cuidado y nos pidió a mi hermano y
a mí que nos vistiéramos, que íbamos salir. Era mi padre.
Habíamos cenado, era de noche y hacía frío. Mi madre, que tenía
la voz más dulce que yo haya conocido, le dijo que hacía mucho
frío, que fuera solo, pero él insistió. “Los abrigamos”, dijo.
Deseo que en tu mochila tengas la voz de tu madre y que sea tan dulce
como la de la mía. Espero que a tu padre se le ocurriera salir una
noche de navidad a la calle con comida y te llevara. Él no tendría
más de treinta y ocho o cuarenta años. Yo no tendría más de
cinco. Mi hermano no tendría más de siete. La hermana que me sigue
sería muy pequeña. La siguiente no había nacido todavía y para mí
todavía sigue siendo pequeña.
En la misma calle, en la
otra acera, haciendo esquina, había una cárcel, un presidio
(nosotros los niños lo llamábamos el presillo), una
habitación pequeña con una ventana con rejas, sin cristales, ni
postigos para cerrarla al frío de la navidad.
“Hola, amigo”, le
dijo mi padre, “aquí le traigo algo de comida. Hace mucho frío.
Ahora le traeré un caldito caliente y algo para que se abrigue”.
“Échelo en un lata”,
dijo el hombre. Yo pensé que era un hombre malo. Tenía una voz
ronca de fumador y bebedor y de estar resfriado. “Así me servirá
luego para mear. No me gusta mearme en el suelo”. La lata debería
ser estrecha para pasar entre las rejas pero es seguro que mi padre
encontraría una. Él siempre lo resolvía todo.
En
el presillo no había luz. Me lo tuve que imaginar por la voz
y por el empeño que tenía en que sería un hombre malo. Estaría
sucio, con ropa vieja grande o pequeña pero no de su talla y tendría
una cara amenazante que daría miedo y nunca reiría. Si los
pantalones le quedaban cortos se les vería unas piernas de caña,
sin calcetines, y unas botas viejas sin cordones. Cuando volvíamos
se lo pregunté a mi padre. “Papá, ¿es un hombre malo?”. Mi
padre que tardaba en responder, que pensaba las respuestas, que le
gustaba el silencio tanto o más que la palabra dijo: “No. Es un
hombre pobre”. Nosotros también éramos pobres pero yo no lo
sabía.
Ahora, algunos días la vida me coge de las solapas, me da dos
bofetadas, me roba todo, me convierte en pobre y me mete en el
presillo. La puerta está desvencijada y puedo abrirla. Cojo
mi mochila y salgo. En mi mochila tengo más cofres. Este ha salido
al azar y para mí es de oro. Tengo muchos más. Por eso ahora no soy
pobre. Nadie puede robarme mi mochila.
Te
deseo de todo corazón una Feliz Navidad y que tengas una buena
mochila.
lunes, 19 de diciembre de 2016
Ya nació el niño en el portal
Con necesidad
tuvo que trabajar.
Embarazada de ocho meses
antes de la tarde,
María dió a luz...
Limpiadora de un portal
sin nadie más,
nació su hijo Jesús.
Empujó en silencio;
con dolor
y sola en un portal
en la Calle del Olvido.
La sangre
se mezcló con la lejía
y ella lo vió nacer
con la alegría de dar vida.
Llegaron vecinos del cuarto,
gentes que pasaban por la acera
y hasta un policía...
Llorando dijo
Jesús se va a llamar
por nacer en un portal.
Amiga Cecilia:
Como es mi natural la sigo en lo bello. Hace años que no siento la soledad y tampoco me aburro pero lo he conocido todo por enfermedad.
Me alegró su comentario y le dejé esta poesía que es un canto al amor. Adoro la realidad cuando se enreda en el corazón pues los sueños, aún siendo necesarios, buscan esa realidad que no encuentran.
Soy hombre sensible y también me considero inteligente; un poco loco quizás. Adoro la vida y me hago amigo de mis bajezas porque me requieren mucho más que mis virtudes...
Darle un vaso de agua a nuestro enemigo interior es poner bandera blanca a esos rincones tan necesitados de nuestro corazón.
Mucho camino he recorrido y más que me falta por recorrer pero cuando lo necesito, recurro con un vaso de agua porque mi corazón humilde en estos momentos, necesita de mis cuidados y rezo, rezo mucho orandole a la Virgen aquello de...Pedid y recibiréis.
Con peso de fuerza de voluntad ando camino. Si cometo algún fallo, es por enfermedad...
Feliz Navidad
Buscador.
viernes, 16 de diciembre de 2016
Volver a nacer
Cantan los villancicos cargados de esperanza y alegría porque Dios volverá a nacer. Los corazones son sensibles a la Navidad. A mucha gente se le hace un nudo en la garganta cuando el mensaje del corazón proclama a un grito que nos faltan muchas cosas y que mucha gente ya se fué para siempre. En silencio multitudinario, la gente quiere algo mejor; un mundo para la paz del espíritu que crea tantas guerras interiores que los psiquiatras, no dan a basto en calmar los males de los sentimientos causados por la locura.
El ya es inmune.
Explota una bomba cerca de su casa pero no le hace ni caso...A su abuelo lo abandonaron porque sabian que iba a morirse y si ellos lo asistían como es debido, morirían también. Huyeron con el llanto en la garganta y el lloraba sin comprender lo comprensible porque a la guerra no se la comprende. Con doce años, su papá y su mamá le dieron una pistola para que defendiera su vida ante la duda y que matara a esos pordioseros...
Los comercios cantan villancicos. Rebajan los precios del género porque sino, no venden. Los niños en las escuelas, los padres luchando preocupados muchos por llegar a fin de mes. La mala leche del oportunista, los robos y este silencio maldito de tirar p´lante porque son buena gente que comprenden esto de la crisis.
En la lluvia de otoño el invierno amenaza su llegada. Los noticieros hablan de crímenes de guerra y de gente que se muere ahogada sin ningún bien porque un mafioso les cobró todo lo que tenían a cambio de una muerte en el Mar Mediterraneo...y la gente calla como muda y no quiere ver como ciego que jamás vió.
Le faltaba una bala a la pistola. Con el ojo cerrado mira con la precisión del cañón pues con un odio creciente de usarlo quisiera matar a quién mató a su hermano. Cuando el está solo juega en apuntar a los soldados desde su ventana esmerándose por no fallar. La bomba que explotó cerca de su casa tiene soldados muertos con armas que seguramente funcionan y le gustaría acercarse para tomarlas. Su padre ya les quitó de sus bolsillos y sus mochilas algo para comer además de anillos de oro y demás alajas...
Se acerca el sorteo de Navidad con millones de euros en premios. Toma Lorazepán para la ansiedad y otra pastilla que calma los delirios. El era el rey del trabajo cuando había trabajo. Pagaba al club de tenis, no se perdía un partido de futbol, hacía regalos a los amigos y comía de lo bueno a lo mejor...Pero esta Navidad le ronda por la cabeza el suicidio porque le van a quitar su piso y no puede sostenerse ni para comer. Le da verguenza pedir cada vez que va a cáritas o a la cruz roja y las palabras con su mujer son de pelea porque no es hombre ni es nada...
Vienen directos a su casa y sus padres no están. Se tumba en el suelo y las balas pasan por encima de su cabeza. Toma la pistola apuntando a la puerta con mirada asesina pero, la puerta la abre una bomba y el se va al cielo...
El banco le dice que tiene un desahucio y su mujer vuelve a cargar contra el, siempre el, eternamente el...Baja a la cochera con un cinturón y ya saben ustedes lo que hará...
El día de Navidad a las 12 de la noche, un niño de Siria y un padre de familia, se juntan en el cielo. Los dos huían de la guerra y mientras tanto, en la tierra, un niño nace en este mundo porque quiere volver a salvarlo.
martes, 6 de diciembre de 2016
El lenguaje universal
No me hables con palabras pues la palabra, aunque es necesaria, es más necesario el silencio del corazón ya que en él estamos todos. Guíate por tu fé ya seas creyente o no ya que toda persona en su valor, está en el reino de esta tierra y no se desprecia a nadie sea quién sea...
Entramos en la Navidad. Me deslizo en recuerdos y errores; en cada detalle que se encuentra por su pesar o acierto en la conciencia y ojalá, que esa luz ausente de palabra, le tercie un tropiezo a esta locura llena de acertijos sin sentido que pueden dañar a quién da su mejor voluntad.
Casi sin sentirlo vuelve la Navidad. Me recuerdo en mi trabajo con noches que son de estar en familia; fuera de casa...y a mi memoria viene mucha gente que en aquellos días como yo, estábamos en hospitales o en la carretera. Mi canto a esa esperanza está en todas las ausencias del año y en especial en las de estas fechas que tantos recuerdos nos traen...
Una presión me ahoga en la garganta si recuerdo a Antonia, a Juan José, a Araceli, a mi padre...a tantos enfermos que ya descansan en paz y que quedaron en mi corazón...Llorar es bueno, no lo duden, pero si la conciencia está tranquila dentro de lo normal, reciban esta Navidad con un canto a la vida y la vida por vivir. Ojalá mi expresión por llegar a ustedes careciera de palabras pues el lenguaje del corazon jamás nadie lo inventó...
sábado, 3 de diciembre de 2016
Cuando el corazón muestra su sencillez, no hay error en el poeta que caminando por su interior, derrama palabras al caminante para calmar su sed. De tiempos pasados o presentes, del futuro cierto o lo que queda por acontecer las palabras del poeta se derraman como sangre de una transfusión plena de vida. Quizá haya tristezas y melancolias pues el ser humano padece casi de todo pero, cuando alguien alza la voz dando fé de vida, estad alerta para no dejar pasar la mayor riqueza de la persona que es la del espíritu; algo gratuito que no tiene precio...