En el balcón de la Luna todo puede suceder. Vamos deshilando deseos que se pierden en nuestra profundidad; en oración complice hacia el ser amado. A veces la soledad despierta bellos sentimientos que son verdades como puños...y las estrellas nos guían en un halo que envuelve a la luz de la Luna; con el brillo de nuestra mirada ardiente como son los reflejos del Sol. Nos perdemos en secretos íntimos, en deseos, en la ansiedad que provoca la falta de ese amor donde vertemos una lágrima furtiva que será recogida por la brisa de esta noche misteriosa. Abrazamos nuestros sueños y nos perdernos en la lujuria con imaginación desbordante. Esta noche, al borde del mes de abril, los augurios son para los amantes solitarios. La magia del momento crea una intimidad que nos da alas...y ella, seguramente desnuda de vestido y de prejuicios; con la flor de su piel erógena, se paseará por sus sentimientos como yo me paseo en ríos de placer pues un día de estos, nuestras aguas confluirán en un solo río hasta perdernos en lo profundo del mar...
domingo, 31 de marzo de 2019
Noche de conjuros
En el balcón de la Luna todo puede suceder. Vamos deshilando deseos que se pierden en nuestra profundidad; en oración complice hacia el ser amado. A veces la soledad despierta bellos sentimientos que son verdades como puños...y las estrellas nos guían en un halo que envuelve a la luz de la Luna; con el brillo de nuestra mirada ardiente como son los reflejos del Sol. Nos perdemos en secretos íntimos, en deseos, en la ansiedad que provoca la falta de ese amor donde vertemos una lágrima furtiva que será recogida por la brisa de esta noche misteriosa. Abrazamos nuestros sueños y nos perdernos en la lujuria con imaginación desbordante. Esta noche, al borde del mes de abril, los augurios son para los amantes solitarios. La magia del momento crea una intimidad que nos da alas...y ella, seguramente desnuda de vestido y de prejuicios; con la flor de su piel erógena, se paseará por sus sentimientos como yo me paseo en ríos de placer pues un día de estos, nuestras aguas confluirán en un solo río hasta perdernos en lo profundo del mar...
la luna, hechizando los corazones solitarios, en pos de pieles con lugares erógenos donde perder la cordura
ResponderEliminarUn lindo texto. Un abrazo
Qué tendrá la Luna que nos hace enamorarnos de ella aunque seamos conscientes en todo momento de que jamás la podremos tener! Quizá sea eso, que lo imposible atrapa. Fantásticas tus palabras, llenas de emoción. Aquí tienes una nueva seguidora, sin duda. Nos leemos :)
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