Nuevamente me sumo a los relatos jueveros donde esta vez lleva la batuta Molí del Canyer: https://molidelcanyer.blogspot.com/. Espero os guste mi aportación.
Un saludo de Buscador.
El dolor es una herida que nace desde la conciencia y nos llega al mismísimo alma...Una torcedura, un corte o una rotura, nos deja un recuerdo desagradable. Sin embargo, la necesidad de aquellos tiempos no es una herida puntual sino, una herida donde los niños de mi tiempo sabemos qué vale un peine. Quién madura siendo un niño, en poco tiempo se hace hombre o mujer cuando de su existencia o la superviviencia te lo exige...
He visto la necesidad de cerca y de cómo los hombres se han peleado por un trozo de pan o, como he visto morir a niños con hambre de posguerra. He trabajo en lo que me mandaban: Guardando pavos, guardando cochinos, vigilando los cultivos...trabajando en el campo con mi padre y mis manos guardan la huella de los callos que nacen en un niño de corta edad...
Mis hijos tuvieron mejor vida. Los tiempos que corrían con mucho esfuerzo les dí un porvenir. Tengo una hija maestra, otro perito y otro que el mismo se creó su propio negocio...Todos se han casado. Mis nietos no conocen la necesidad y eso me preocupa porque llegan tiempos de necesidad donde se encontrarán desnudos en afrontar la vida...
Mi ojo inquieto sigue las noticias de todo lo que me rodea. No llueve, hay crisis, los matrimonios se separan por falta de madurez, y los precios crecen limitando la calidad de vida. Me duele el dolor de esos niños cuando se avecinan tales catastrofes. Yo fuí un niño del hambre y de la miseria...Dentro de nada cumplo 95 años. Mis recuerdos son muchas heridas, heridas que agradezco porque abrieron los ojos de aquel niño que fuí...Mi infancia la conservo pues también sé que es el amor de un padre o una madre o, de la gente de bién que sentían la necesidad como mi familia...
Un niño debe de ser educado para fomentar sus propios valores y los valores de la vida. Aqui, a pesar de los pesares, la mayoría son carne de cañón y eso me inunda de tristezas...
Buscador
Saludos estimado
ResponderEliminarBueno la vida es una lucha diaria, algunos aprendieron a vivir de esa historia que a este tiemp se hace semejante a muchos de esa edad y la mía también.
Aprender desde la niñez la rudeza d ela vida, hace a muchos resilientes para poder salir adelante y comprender mejor los mismos avatares que se nos avecinan...
Saio es quein supo enseñar en bien a esta nuec¿vas generasiones pero sabemos que en mucho hay gran distorsión de la vida misma, siendo facilitadores de todo los padres a veces cometen ese error que bueno supongo lo que venga será de aprendizaje para cada sujeto y así aprender de verdad lo que es el auténtico vivir.
Te dejo un saludo.
hace tiempo que no te saludo.
estés bien.
Es cierto. Los niños del futuro no tendán referentes. Un beso
ResponderEliminarUn niño debe ser educado, es cierto, pero lo que menos reciben en estos últimos años es educación. Y no por falta de escuelas, por falta de familias para ello.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Me alegro que te hayas unido de nuevo.
ResponderEliminarLa foto es genial y el contenido que decir. Nos dejas una bella historia con mucho realismo en ella. Un fuerte abrazo.
Me ha conmovido lo que has escrito y esa canción que escenifica el dolor e impotencia de niños que no han podido ser niños por penosas circunstancias.
ResponderEliminarTodo ha dado la vuelta en unas décadas, los niños de ahora son otro tipo de carne de cañón y también lo observo con tristeza. Algo podremos hacer, creo que al menos debemos intentarlo.
Un abrazo
Así como narras, llegan tiempos muy crudos; y no hay duda de que la educación es el pilar fundamental para saber afrontar las vicisitudes de la vida, además de hacerlo con esos valores que, lamentablemente y en los tiempos que corren, dejan mucho que desear…
ResponderEliminarLa vida, en sí misma, es el más preciado aprendizaje. Y es precisamente con esas batallas que dejan heridas, con las que uno se forja y se hace más fuerte y apto para el camino.
Muy bueno y significativo…
Un placer leerte.
Abrazos.
Tiempos difíciles de necesidad y guerra, épocas de carencias en donde la supervivencia pende de un hilo y la felicidad se viste con poco. Entrañables personajes e historias. Un abrazo
ResponderEliminarSi hay algo que nos prepara para afrontar la vida con valentía es tener una infancia difícil. Nos da herramientas para moldear y encajar nuestro futuro! Un relato muy realista y premonitorio! Un abrazo!
ResponderEliminar¡Y TANTO QUE LA NECESIDAD DEJA HERIDAS! Y cicatrices que a veces duran para siempre. Que s elo diegan a los abuelos de la guerra... Un texto bonito que cuenta verdades.
ResponderEliminarNiños que no pudieron ser niños, pero que tenían referentes a quienes seguir y que en cierta forma eran cuidados. A mi personalmente me preocupan más los niños de ahora. Muy bella historia, besos.
ResponderEliminarEran tiempos de miserias y penurias pero tu personaje logró forjar una vida plena con tres hijos aitosuficientes y una edad propia muy avanzada. Todo un ejemplo de fortaleza y tenacidad. Gracias por tu relato, Buscador.
ResponderEliminarA mi lo de la educación también me preocupa, pero nos sorprendemos siempre que llegan las dificultades y la gente reacciona de maneras inesperadas, quizá sea es la esperanza. Un saludo.
ResponderEliminarque orgullo verdad? es la mejor obra de toda una vida verlos autosuficientes y elevando el escalón de cualquier medida con nosotros es el premio a los sinsabores que pudieran habernos dado...que nos lo dieron. Un abrazo
ResponderEliminarMe conmueve tu relato, y aún sabiendo que en mucho estás en lo cierto sin embargo me resisto a pensar que tengamos que volver a la miseria, y no me refiero a la de cuidar cerdos, ovejas o pollos, que eso para mí no lo es, sino a la miseria espiritual de vernos abocados a abrirnos las cabezas por un trozo de pan, la miseria de llegar a pisotear, a deshumanizar al otro para sobrevivir. Hay también mucha gente joven hoy en día que no mira solo su comodidad, jóvenes que saben que un camino digno lo suficientemente ancho como para dar cabida a muchas personas solo puede pasar por la propia renuncia de siempre querer más.
ResponderEliminarUn abrazo.
Comprendo tu preocupación por los niños de ahora que se están criando sin pasar necesidades y que no valoran lo que tienen, pero yo tengo esperanza de que cuando lleguen a mayores encuentre referentes en sus mayores que sí vivieron tiempos de menos abundancia.
ResponderEliminarMe alegro que e hayas reenganchado a los jueves.
Heridas que sangran y se recuerdan siempre.
ResponderEliminarUn relato conmovedor y realista.
Un saludo.
Hola , aquí me acerco a tu rincón de pensar. Un reflexión que no deja indiferente. Corrieron malos tiempos, corren malos tiempos, correrán malos tiempos; aunque a mi me queda la esperanza - estoy convencida- de que muchos de nuestros jovenes continuen luchando por un mundo mejor.
ResponderEliminarUn placer descubrirte, en este pulular de las redes sociales...
Saludos y hasta la próxima.